RANCHUELO, Cuba, 18 de febrero (Félix Reyes / 173.203.82.38) – Más de cien alumnos de la escuela secundaria básica urbana Camilo Cienfuegos, de este municipio, abandonaron los campamentos en el campo, donde trabajaban.
En los campamentos Los cocos y Suárez, de Manacas, laboraban 500 estudiantes, y más de cien regresaron a sus hogares debido a que los salarios de sus padres no alcanzan para sufragar los gastos de alimentación y transporte durante el período que los hijos permanecen realizando labores agrícolas. “Esto es un dolor de cabeza, figúrese lo que nos cuesta ir dos veces por semanas a ver a los muchachos, en transporte, y en la comida que hay que llevarles para reforzar” -dijo a este reportero Miguel Peña, padre de dos estudiantes.
Los padres de los alumnos de octavo y noveno grado refuerzan la comida de los estudiantes trabajadores con arroz, frijoles, vegetales, viandas, cárnicos y dulces dos veces a la semana, lo que viene costando 300 pesos al mes. Por otra parte, deben pagar veinte pesos por persona por el alquiler del ómnibus o camión que los traslada a los campamentos miércoles y domingo.
Las normas que se les imponen a los estudiantes en la recolección de tomate y boniato también contribuyeron a las deserciones, ya que son muy altas para ellos, que no están acostumbrados a ese trabajo.