MIAMI, Estados Unidos.- El caso de un joven homosexual cubano que fue atacado salvajemente por dos hombres en Morón, provincia de Ciego de Ávila, ha quedado zanjado por las autoridades con la imposición de una multa a los agresores sin haber sido llevados a juicio, informa 14ymedio.
La víctima, un joven de 21 años llamado José Enrique Morales Besada, fue insultado y golpeado a en el rostro el pasado junio. El ataque lo dejó con la mandíbula fracturada, además de destrozarle parte de la encía y hacerle perder varios dientes.
Tras el incidente, del cual Morales Besada solamente recuerda haber quedado tirado en el suelo mientras un amigo gritaba por ayuda, la víctima solo consiguió que sus agresores permaneciesen 24 horas detenidos, a pesar de que hubo testigos apoyando la denuncia.
“Salieron pagando una fianza de 1000 CUP cada uno”, describió el Morales. El joven es cantante y solía presentarse en fiestas, así como en instalaciones turísticas. Pocos días después del ataque, escribió en su cuenta de Facebook un primer mensaje relatando lo sucedido reclamando justicia y pidiendo ayuda a Mariela Castro Espín, presidenta del Centro Nacional de Educación Sexual e hija del actual gobernante cubano.
La institución de Castro Espín, que dice apadrinar a la comunidad LGBTI en Cuba, envió una carta a la Policía local, tras lo cual las autoridades “empezaron a correr y quisieron hacer en un día lo que desde un principio tenían que haber hecho”.
Sin embargo, el pasado 10 de noviembre Morales Besada supo que la Fiscalía desestimó la apertura del proceso penal contra sus agresores.
El joven cantante ha denunciado además sobre múltiples irregularidades en el proceso. “Nadie de la investigación ha ido a visitar a mi médico maxilofacial a preguntar cuál es mi estado actual de salud”, confesó.
Por otra parte, según afirma, el informe médico que registraba las severas lesiones sufridas en la cara y la boca se perdió “convenientemente”.
Para Morales Besada, la comunidad LGBTI avileña vive en medio de un “un panorama oscuro” y sus miembros sufren constantes vejaciones en las calles además de un “trato denigrante”. “Es muy difícil sentarse en un parque sin que pase alguien y lance un insulto o una lata de cerveza”, denuncia.
Añade que “cuando alguien va a denunciar algo así lo dan por loco”.
Las agresiones y crímenes de odio son cada vez más documentadas por los miembros de la comunidad LGBTI cubana gracias a las redes sociales. Las instituciones oficiales no publican estadísticas sobre el fenómeno.
