MIAMI, Estados Unidos. — El éxodo masivo que sufre Cuba, con más de 300 000 ciudadanos —en su mayoría menores de 60 años— que han abandonado el país en el último año y medio, ha puesto sobre la mesa el grave problema que representa el envejecimiento poblacional en una isla empobrecida.
Medios estatales y extranjeros acreditados en La Habana se han abordado durante las últimas semanas el problema que supone para la nación caribeña la salida acelerada de fuerza productiva, lo cual ya ha sido utilizado por las autoridades para justificar más de un fracaso.
Recientemente, funcionarios del sector azucarero indicaron que unas de las causas de los pobres resultados de la actual zafra era la ausencia de fuerza laboral joven, necesaria para la realización de labores como el corte, de elevada exigencia física.
Los “cuentapropistas” también sostienen que resulta imposible mantener plantillas en sus negocios debido a que los jóvenes más capacitados abandonan la isla de forma masiva.
Al cierre de 2022, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información contabilizaba una población de 11 089 500 cubanos, un dato preliminar que no toma en cuenta las más de 330 000 nacionales que ingresaron a Estados Unidos solo por la frontera entre octubre de 2021 y diciembre de 2022. Con esos números, la población de cubanos pasaría a ser de menos de 11 millones.
El año pasado se registraron en Cuba 95 402 nacimientos y 129 049 muertes, números aún peores que los reportados en 2021, cuando hubo 99 096 partos y 167 000 muertes.
Juan Carlos Alfonso Fraga, directivo de la ONEI, dijo recientemente a la agencia estadounidense Associated Press (AP) que si bien la caída en el número de nacimientos “no era un tema menor”, tampoco había que “flagelarse” por esa situación.
“Con eso tenemos que trabajar y con eso tenemos que desarrollar el país. No dramatizarlo ni flagelarnos”, sostuvo Alfonso Fraga.
De mantenerse esa tendencia al envejecimiento poblacional, el castrismo podrá seguir gobernando, pero ya no contará con tanta mano de obra para esclavizar. Ante esa circunstancia, medios oficiales apuestan por una alternativa: fomentar una vejez activa y saludable entre los cubanos, algo difícil a juzgar por las carencias de todo tipo que padecen los habitantes de la isla.