LA HABANA, Cuba, 16 de septiembre (Moisés Leonardo Rodríguez, 173.203.82.38) -Seguramente no imaginó Nelson Linares García , de 34 años, cuando lo detuvieron agentes de la policía la madrugada del 8 de septiembre en el Parque de la Fraternidad que esa sería la última redada contra travestis en que caería.
Ninguno de los que estuvieron bajo detención en esa ocasión junto al occiso en la estación policial de Dragones ha podido ser contactado para confirmar la alegación de los familiares de Nelson de que le los policías le negaron la asistencia médica, lo que llevó a su deceso, aproximadamente a las dos de la tarde del 9 de septiembre.
La duda acompaña a los familiares de Nelson y a los miembros de la comunidad LGTB, porque ninguno de los que cayeron en la redada junto a Nelson asistió al funeral y el entierro, ni ha podido ser contactado, a pesar de que ya todos habían sido liberados.
Aseguran la madre y otros familiares del occiso que en la Estación de Policía les notificaron que había muerto en la policlínica, pero el médico que le recibió en esta última aseguró que Nelson había llegado muerto al lugar. El certificado de defunción expone como causa del fallecimiento un “paro respiratorio agudo”.
Coincidieron los comentarios de sus allegados, durante el velorio y el entierro, en que Nelson era una persona respetuosa, trabajadora, jaranera y cariñosa. Se desempeñaba al morir como auxiliar de limpieza en una empresa gastronómica estatal.
Operativos de agentes de la Seguridad del Estado frente a la funeraria Bernardo Abreu, en la calle Zanja, donde se efectuó el velorio, y también en el cementerio, durante el entierro, parecen indicar la preocupación de la policía, y refuerzan la denuncia de los familiares por la negación de asistencia a Nelson mientras se encontraba bajo custodia, como establecen las normas internacionales y la propia ley cubana.
Sendas coronas de flores fueron dedicadas a Nelson por el Observatorio Cubano de Derechos LGBT y la agencia de prensa independiente Hablemos Press, algunos de cuyos miembros acompañaron a los familiares hasta el cementerio de Colón, donde se dio sepultura al cuerpo de Nelsito, como le conocían sus amigos.