LA HABANA, Cuba. – “Las recién paridas me dijeron que fuera preparando varios insumos médicos y medicamentos para el parto”, cuenta la embarazada Deney Terry Lorenzo, quien se refiere a la situación de escasez y falta de insumos en el Hospital Materno Infantil “Hijas de Galicia”, del municipio Diez de Octubre.
De acuerdo con la joven, las mujeres que ya habían pasado por el salón de parto le advirtieron que no había algodón, jeringuillas, alcohol ni dipirona. Los médicos apenas cuentan con hilo para coser, “por lo que te dan una sola puntada hasta el final”, señaló Deney, refiriéndose al procedimiento conocido como episiotomía (contraindicado por la OMS) y al desgarro perineal.
“Además, para el momento de dar a luz y para después debes conseguir presillas y manillitas para el niño, que las están vendiendo a 100 pesos en Revolico. En el hospital lo que están poniendo es una jabita de nailon con el nombre de la mamá”, detalló.
La falta de condiciones, insumos médicos y medicamentos es una constante en las instituciones de salud pública de toda la Isla. Los hospitales maternos no escapan a la pésima infraestructura sanitaria.
De acuerdo con un artículo sobre la crisis de insumos médicos publicado por el medio independiente El Toque, tal escasez comenzó en Cuba en 2016 y “desde entonces se han vuelto comunes las temporadas de falta de cualquier material o sustancia en los hospitales”.
Pero la falta de insumos no es la única contrariedad que ha tenido que afrontar Deney en Hijas de Galicia. A eso, se suma, según cuenta, el maltrato verbal de algunos de los doctores que allí laboran. “Las peores consultas las he vivido en ese Materno, no tenía ni ganas de asistir a ninguna”, lamentó.
Según la joven de 33 años, la primera vez que asistió a la consulta de Crecimiento Intrauterino Retardado, con poco más de 32 semanas de gestación, no fue tratada en buena forma por la doctora Ariadna Silvia Morales Acosta.
“Ella me pregunta cuántas semanas tenía según el ultrasonido. Yo le respondo que no sabía, pues en el consultorio llevan una cuenta y en la consulta de Genética otra. Continúo diciéndole que tenía que buscarlo y ella me habló de tan mala forma… hasta el punto de preguntarme si yo no sabía leer”, relata la entrevistada.
“Pero lo peor de todo fue la próxima consulta. Yo le dije [a la doctora] que no iba a ingresar porque tenía una niña pequeña, que no lo podía hacer hasta no estar segura de si el peso del niño era el correcto o no, ya que aún se estaba valorando”.
En ese momento, la doctora la cuestionó por “poner a un niño por encima del otro” y le dijo que nadie la había mandado a parir otra vez, “que lo hubiera pensado mejor antes de salir embarazada”.
“Yo estuve a punto de ir para la Dirección del Materno a quejarme por lo mal que me sentía con ella; me decía hasta irresponsable”, apunta.
Recientemente, el periódico oficial Granma publicó sobre el inicio de un proyecto piloto relacionado con la atención al parto respetuoso para “hacer de esta experiencia un momento especial y placentero para la mujer, su acompañante y el bebé que nace”.
Sin embargo, hasta ahora, medios independientes cubanos han denunciado la violencia obstétrica que sufren las embarazadas en la Isla.
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