
MIAMI, Estados Unidos.- José Ramón Cabañas, embajador cubano en EE.UU. afirmó al diario Tampa Bay Times durante su visita al puerto de San Petersburgo a principios de mayo que ‘los ferris (a Cuba) no son una prioridad’.
Añadió el funcionario que, en cambio, “por ahora, Cuba prefiere centrarse en expandir su industria de cruceros”.
“No estoy diciendo que no vayamos a tener ferris. Estábamos diciendo hace dos años que no estábamos construyendo hoteles en La Habana y ahora lo estamos”, dijo además.
Hace un año, los puertos de Tampa Bay y San Petersburgo declararon que disponían de ferris para dar servicio entre Florida y La Habana. Por otra parte, el gobierno federal aprobó hace dos años los permisos para dichos ferris.
Sin embargo, Raúl Castro no ha autorizado los viajes y, según el Tampa Bay Times, “esa espera no terminará pronto”.
A diferencia de los cruceros provenientes de Tampa, que permanecen en Cuba por una noche, los pasajeros de un ferri podrían quedarse por un tiempo prolongado.
Los viajes en ferri desde Puerto Manatí, San Petersburgo y Tampa a La Habana tomarían ocho, diez y media y once horas respectivamente. Además de dar un confort similar al de los cruceros, servirían para transportar cargas a granel, haciendo más fácil el comercio.
“Este último beneficio es una de las razones por las que La Habana no ha aprobado los derechos de portar para un ferri”, dijo el diario floridano.
Según el embajador Cabañas, “Un ferri es un buque distinto a un crucero. Puede traer carga… Un crucero es un avión en el mar”. Por otra parte, dijo, “el Puerto de Mariel no tiene planes de dar la bienvenida al servicio de pasajeros”.
En tanto, el medio estadounidense señala que tampoco el puerto de La Habana está preparado para manejar carga a granel.
No obstante, Johannes Werner, editor de la revista Cuba Standard, especializada en negocios de la Isla, dijo que en La Habana hay una antigua terminal de contenedores sin usar que podría emplearse para los ferris.
De igual forma los operadores de ferris de EE.UU. han segurado una disposición a llevar la infraestructura necesaria para habilitar los puertos de La Habana, entre lo que se contaría contenedores de carga y puentes para comunicar el barco con el muelle.
Impidiendo la llegada de ferris a La Habana, Cuba “está perdiendo la oportunidad de hacer que su vínculo con Estados Unidos sea más difícil de revertir”, ha apuntado por su parte John Kavulich, presidente del Consejo Comercial EE.UU.-Cuba.