MIAMI, Estados Unidos.- El Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN), la misma organización guerrillera que juró lealtad al dictador Nicolás Maduro, fue la autora hace 25 años de uno de los ataques más viles que sufrió la Fuerza Armada venezolana: la masacre de Carabobo.
En un artículo publicado este viernes por Infobae se rememora el asesinato de ocho infantes de marina, cuatro heridos y tres desaparecidos, el 25 de febrero de 1995, a manos de la organización terrorista colombiana, a propósito de la publicación de un video en el que uno de los integrantes del ELN, Álvaro Díaz Tarazona, alias Edward, llama compañero a Maduro y asegura tener pruebas para delatar a oficiales venezolanos.
El grupo guerrillero violentó con saña y expuso los cuerpos de los marinos venezolanos, sumiendo a familias enteras, a la Fuerza Armada y al país entero en el dolor. “No hay desde entonces un hecho tan sangriento por parte de la guerrilla u otro grupo armado regular o irregular contra soldados venezolanos”.
La masacre duró dos horas aproximadamente y los cadáveres tenían hasta 17 impactos de bala. “A algunos le cortaron la garganta para extraerles la lengua y dejarlas colgadas como corbatas. Hubo cuerpos a los cuales les cortaron los genitales y se los colocaron tapando la boca. Dos de los cuerpos presentaron cortes en canal como las reses en los mataderos. A uno de los marinos, aun estando con vida, le metieron una granada fragmentaria dentro del pantalón”.
Según la nota, el ELN jamás se disculpó con Venezuela, mucho menos con la Armada ni con la Fuerza Armada, y jamás pidió perdón a los familiares de los ocho infantes asesinados: Sargento Técnico de Primera José Orlando Colmenares Zambrano; Sargento Segundo José Gregorio Armada Aponte; los Cabos Segundos José Ascanio Aponte, Hernán Eloy Graterol Tovar, Jacinto Viloria Pereira y Nelson Gregorio Contreras; y los Distinguidos Félix Ramón Guarenas Silva y Cándido Arenas Méndez.
El hecho tensó las relaciones entre los dos países, luego de que el entonces presidente venezolano, Rafael Caldera, ordenara deportar a más de 300 colombianos ilegales de la Sierra de Perijá.
“Hubo cruce de notas diplomáticas entre las cancillerías y el presidente colombiano amenazó, en un mensaje dirigido a Venezuela, con tomar acciones ante las incursiones de tropas extranjeras en territorio colombiano”.
En ese entonces se manejaron varias hipótesis, entre ellas la certeza de la filtración de información muy precisa sobre el puesto de la Armada, lo que hizo posible el ataque del ELN.
Varias semanas después del ataque, el ministro de Defensa colombiano, “Fernando Botero Zea, dio a conocer a la Comisión II de la Cámara de Representantes informes de Inteligencia Militar y del DAS, los cuales reflejaban que el teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías había ingresado en febrero pasado a territorio colombiano, para entrevistarse, de forma clandestina, con jefes del frente Domingo Laín, del ELN”.
Al entonces presidente colombiano, Ernesto Samper, le preguntaron en televisión sobre la posibilidad de que Chávez hubiera participado en la masacre de Cararabo. Samper Pizano respondió que Colombia tenía “pruebas de que Chávez anda con el ELN y las FARC y que atacaron ese puesto (Cararabo) y mataron a los infantes de marina”.
Pero Chávez se defendió de las acusaciones Samper terminó defendiendo la revolución bolivariana.
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