LA HABANA, Cuba.- Desarmadas en piezas, partes y accesorios, a lo largo de esta semana varias agencias de la Empresa de Servicios Automotores S.A (SASA) comenzarán la venta de un lote de motorinas provenientes de los depósitos del Ministerio del Interior (MININT), a donde llegaron en calidad de decomiso.
Según informaron trabajadores de SASA, se trata de la segunda venta de motorinas que habían sido decomisadas. Una primera vuelta tuvo lugar durante diciembre del pasado año, dirigida exclusivamente a empresas estatales e instituciones como la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).
Con precios inferiores a los establecidos en las tiendas por Moneda Libremente Convertible (MLC), cualquier persona con una cuenta en MLC puede comprar el resto de uno de esos ciclomotores, portando el cuadro de una motorina y la propiedad de la misma, dijo Rolando Varela, dependiende de almacén en la Agencia La Aurora, de Diez de Octubre.
Varela refiere que nada más se puede comprar lo necesario para armar una motorina. Asimismo, que las partes, piezas y accesorios a la venta fueron sometidos a una revisión técnica que garantiza la calidad de las mismas.
“Lo sacaron barato porque no costó nada, se lo quitaron a la gente. Lo que sea que recauden les va a caer del cielo”, comentó otro trabajador de La Aurora, quien pidió no divulgar su identidad por temor a perder su empleo.
En la Agencia La Palma, del municipio Arroyo Naranjo, Yadier Corona, un empleado del área de servicios, explicó que el groso de piezas que recibió esa unidad comercial fue vendido a empresas estatales.
Las personas que pretenden comprar, añadió Corona, se anotan en una larga lista —nueva variante de cola que nació con el COVID-19 para evitar aglomeraciones— sin conocer que en los almacenes nada más queda el equivalente a unas doce motorinas.
“Venden dos o tres kits diarios, y la mayoría a trabajadores de aquí mismo. La lista allá afuera tiene más de cien personas, pero solo van a comprar dos o tres, y el resto se lo van a llevar los que paguen un buen soborno al comercial y los almaceneros”, dijo Corona.
La persecución a los dueños de motorinas en la capital vive uno de sus momentos más álgidos desde que la Dirección Nacional de Tránsito (DNT), decidiera crear una categoría de licencia (A-1) para su circulación en 2019.
A finales de 2020 se añadió más rigor a las medidas de control sobre los conductores, señaló el suboficial Ángel Luis Ferrán, de la División Provincial de Tránsito.
“Antes eran multas y más multas, de entre siete y 20 pesos. En estos momentos la primera multa es de 20 pesos, de carácter profiláctico, pero la segunda vez implica una denuncia por desobediencia y 3 000 pesos de multa. Por tercera ocasión la multa puede llegar a 6 000 pesos, se procede al decomiso del medio de transporte y el conductor se enfrenta a un proceso penal por desobediencia”, explicó Ferrán.
Aunque no existen cifras oficiales, el agente del orden aseguró que cada jornada en todas las estaciones municipales de la Policía Nacional Revolucionaria en la capital se realizan decomisos de motorinas.
“Ahora es que me entero que las están vendiendo por piezas al pueblo”, acotó Ferrán en tono incrédulo, pues según alega, los ciclomotores decomisados eran entregados a instituciones estatales bajo el término de “uso por un bien mayor”.
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