LA HABANA, Cuba. – “Están esperando que me muera para que no reclame más”, lamentó Roberto Fidel Martínez Sotolongo, un anciano cubano que lleva más de 10 años esperando a que el régimen de la Isla le ofrezca solución a su delicada situación de vivienda.
Martínez Sotolongo, de 74 años, residía en Avenida 71, entre 144 y calle Río, en la barriada del Palenque, en el municipio habanero de La Lisa, pero tras el desplome de su vivienda y ante la inoperancia de las autoridades para darle solución a su caso, no tuvo más opción que abandonar la zona y buscar dónde pernoctar. Sin embargo, resulta que el terreno donde estaba enclavada su morada ahora está en manos de otra persona.
“Desde que se me cayó la casa todos los días iba a Vivienda (Dirección Municipal de Vivienda) y siempre era un peloteo, que ‘si ven mañana’, que ‘si ven pasado’ y nunca me han resuelto nada”.
“Hace como ocho años, una de las (funcionarias) que me atendió me dijo que mis papeles se habían mojado y que habían desaparecido, que ya yo no tenía derecho a nada. Fui también a (la Dirección de) Albergue y me dijeron que como mi casa no tenía propiedad no podía reclamar nada”, detalló Martínez Sotolongo.
Según explica el anciano, en más de una ocasión mostró a las autoridades de la Vivienda los documentos que acreditan que residió en su otrora dirección por más de 60 años, hasta que su casa se vino abajo.
“Siempre les expliqué que, como era un barrio insalubre, no tenía propiedad, pero les enseñé el carnet de identidad y la libreta (de racionamiento) que corroboran que yo viví ahí. De todos modos no les valió de nada”, insistió.
Asimismo, Martínez Sotolongo presentó una queja ante las oficinas de Atención a la Ciudadanía del Consejo de Estado, donde ―asegura―, tampoco encontró apoyo.
“Fui al Poder Popular de La Lisa, a Vivienda, a Planificación Física. Fui al Consejo de Estado tres veces y un señor que me atendió y leyó mi papel me dijo que eso tenía que ser en mi municipio”, explicó.
En algún momento, las autoridades incluso se comprometieron a brindarle un subsidio para la reparación de su casa, lo cual nunca llegaron a materializar, explica Martínez Sotolongo.
“Mi hijo estaba haciendo un cuartico y me lo dio, pero faltaban materiales para terminarlo. (Las autoridades) me dijeron ‘Vamos a ver si te damos un subsidio de 85 000 pesos para que lo termines’, pero también fue mentira”, concluyó.
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El entrevistado cuenta que durante muchos años estuvo durmiendo a la intemperie, hasta que una hermana materna de su hijo le brindó abrigo, temporalmente, hace alrededor de un año.
“Dormía donde me cogiera la noche, lo mismo en una guagua, que en una ponchera, que en un parque, pero eso nunca le interesó al Gobierno”, se queja.
En varias ocasiones, el anciano también denunció que el terreno donde se encontraba su hogar había sido ocupado por una persona procedente del Oriente del país. La respuesta de las autoridades ―dice― siempre fue la misma “Eso se lo dio la Agricultura a él, eso no tiene nada que ver contigo”.
“Estoy seguro que ahí hubo corrupción y ese terreno tienen que haberlo vendido”, denuncia.
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