MIAMI, Estados Unidos. – Raúl Risco, ex teniente coronel del ejército cubano y exmiembro de los órganos del Ministerio del Interior, demandó al régimen de La Habana por los abusos perpetrados contra los profesionales que son enviados a cumplir misión en el extranjero.
Según publica el diario Tampa Bay Times, Risco, de 62 años, exige cambios en la práctica del gobierno cubano de enviar profesionales a trabajar en el extranjero como parte de un sistema que dice que es similar a la trata de personas.
Desilusionado con el socialismo y con el camino que tomó la revolución de los Castro, Risco se convirtió en un disidente vocal en la ciudad de Camagüey hace 18 años, razón por la cual sufrió prisión en numerosas ocasiones y por la que se vio obligado a pedir asilo político en Estados Unidos.
Ahora, tras casi dos décadas de activismo, Risco reside en Tampa, ciudad desde la cual continúa su lucha.
“Es importante que la gente escuche lo que está pasando”, declaró el exiliado, quien fungió como abogado en Cuba, pero que ahora trabaja para un servicio de limpieza.
María Werlau, directora del Archivo de Cuba, organización sin fines de lucro radicada en Washington que tiene como objetivo arrojar luz sobre temas de derechos humanos en la Isla, explicó a Tampa Bay Times que el gobierno cubano envía anualmente al extranjero a cerca de 65.000 de sus ciudadanos, entre los que se incluyen médicos, maestros, entrenadores atléticos, trabajadores de la construcción y músicos.
Werlau explicó que, si se cansan del acuerdo o renuncian al exilio, pueden enfrentar severas sanciones del gobierno cubano, como la prohibición de hasta ocho años sin regresar a Cuba, o impedir a sus familiares unirse a ellos en el extranjero durante al menos cinco años.
En ese sentido, Raúl Risco asegura que esos trabajadores están mal pagados y maltratados por su gobierno. Eso, a pesar de los valiosos servicios que ofrecen a las naciones que necesitan médicos y enfermeras para atender a las zonas empobrecidas.
El objetivo final del activista es llevar el caso ante las Naciones Unidas y su Corte Internacional de Justicia.
“Quiero más ojos sobre Cuba”, dijo.