MIAMI, Estados Unidos. – El baracoense Manuel Leyva Cesar recurrió a CubaNet para denunciar la grave situación de vivienda que atraviesa desde el paso del huracán Matthew por la zona oriental del país.
“Así no se puede vivir”, dice. “Esta vivienda me va a caer arriba a mí, me va a matar”.
Leyva Cesar, un jubilado de 67 años, vive con su esposa. Ni la chequera de uno y el salario de la otra, sumados, alcanzan para cubrir las necesidades básicas de alimentación. Mucho menos para reconstruir su casa por esfuerzo propio.
“Han pasado seis años [desde Matthew]. Yo he visitado el Poder Popular, Vivienda, el Partido… Son seis años cayéndole atrás a las instituciones para que vengan a ayudarme porque yo tengo miedo a vivir aquí. Esto aquí me va a matar. Esto no es una casa, esto es un pedazo de no sé qué”, lamenta en conversación con CubaNet.
Leyva Cesar asegura que siempre obtiene las mismas respuestas de las instituciones estatales: “Siempre es el año que viene, el año que viene, y en eso llevamos seis años, cayéndonos los pedazos [de la casa encima] con peligro de mi vida y la de mi señora”.
“En cualquier momento colapsa y se lleva todo lo poquito que hay. Yo estoy buscando la manera a ver si hay oídos receptivos que me ayuden y me hacen mi casa porque me estoy poniendo viejo y no tengo dinero”, dice.
Tras enumerar los altos precios de los materiales de la construcción, el baracoense concluye que “la vida está cara” y se pregunta de qué manera va a construir una casa. “Yo me considero una familia vulnerable porque no tengo recursos. Lo poco que cojo es para comprar la canasta básica. Todo el mundo sabe que la canasta básica no da, no alcanza, y todo hay que comprarlo por fuera. Cuando pasan cinco, seis, siete días ya no tienes dinero. ¿De qué forma voy a construir una casa?”, insiste.
“Estoy apelando al Gobierno para que el Gobierno me ayude porque dice la Constitución que esto es un Estado de derecho y de justicia social. Yo creo que conmigo no se ha celebrado la justicia esa. No hay justicia porque llevo seis años poniendo latas cada vez que llueve. Sol y sereno”, lamenta.
Leyva Cesar asegura que decidió recurrir a un medio independiente para intentar que su caso llegara a “oídos receptivos”.
“El Estado debe ayudarme, porque ¿de qué otra forma yo…? Tengo que apelar al Estado, a la Iglesia, o a cualquier oído receptivo a ver si alguien me ayuda”, termina.
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