LA HABANA, Cuba.- Candidatos por el Cambio (CxC) propone aplicar un “estudio demoscópico adecuado al proceso de reforma constitucional para conocer la intención de voto ciudadana”, declaró Juan Moreno, secretario ejecutivo de la organización, en entrevista a CubaNet.
“No es una contramedida ni una contrapropuesta a las iniciativas de otras organizaciones, como son las mesas constitucionales, una idea que partió del interior de la MUAD”, aclara Moreno, “lo nuestro puede ser un apoyo sustancial”, dice con respecto a la reforma constitucional y las propuestas de la sociedad civil independiente y define la posición de CxC, “siempre vamos a estar manifestando la posición y la intensión ciudadana”.
Según Moreno ya tuvieron una primera experiencia.
“Para el proceso previo a las elecciones, desde marzo del 2017, CxC inició un estudio demoscópico dividido en cuatro etapas, aplicado a varios segmentos de la población: sectores hetáreos, regiones y diferentes movimientos dentro de la misma población” y asegura que el estudio que se encuentra realizando le serviría para “trazarse estrategias paralelas a partir de la intención de voto ciudadana y en función de eso haríamos nuestro manifiesto”, una de las vías habituales de la organización para dar a conocer su postura con respecto al acontecer político cubano.
“Aquella investigación arrojó que el 70% de la población encuestada no confía en los procesos electorales que se han establecido desde el año 76 para acá”, habla Moreno de la investigación realizada por CxC para las elecciones pasadas, “se llevó a cabo en 10 provincias y la muestra fue de 499 personas con diferentes matices ideológicos. No fuimos a encuestar a opositores”, y asegura que encuestaron a “un número importante de militantes del partido comunistas” y de ellos, “el 15% no aprobaban la ley electoral como herramienta democrática dentro de la sociedad porque reconocían que estaba viciada y parcializada en función de los intereses del mismo partido”.
CxC es una de las organizaciones de la sociedad civil independiente que, basados en la historia de otros países que han vivido procesos de transiciones, creen que en Cuba es posible introducir cambios a partir del escenario político establecido.
“Para poder lograr cambios dentro de la política de gobierno, primero hay que tener algún tipo de poder o algún escaño dentro de la estructura de poder para emitir la necesidad de cambio de la sociedad”, y aunque no desconoce los mecanismos legales que impiden la oposición en medio del monolito que pretende ser el estado cubano defiende su postura, “la Constitución tiene un carácter socialista, eso no es secreto para nadie, pero es la ley que rige en Cuba, entonces, sobre qué leyes vas a ascender dentro de un sistema de gobierno sino sobre las que están establecidas”, y para muchos Moreno sueña con un imposible, “cuando se tenga un número importante de bancadas, entonces se puede comenzar a aspirar a propuestas de cambios de leyes”, pero la realidad es que si, en un supuesto de que llegaran diputados independientes a la Asamblea Nacional, con solo jurar fidelidad al carácter Socialista de la Constitución ya estarían atándose de pies y manos ante las principales reformas que exige el documento: su condición unipartidista y antidemocrática.
“En todo régimen hay elementos reformistas. Nosotros manejamos la idea de que mañana mismo milagrosamente”, él mismo lo ha dicho “milagrosamente”, “haya un cambio de idea en lo que al gobierno de país se refiere” y se traza una cartera ministerial más insólita aun para los que no tienen un carácter demasiado religioso con respecto a la realidad cubana, “¿y quién pudiera ser el ministro de transporte?, ¿quién pudiera ser el ministro del interior o el ministro de economía? ¿Lo vamos a traer de Miami? ¿Lo vamos a traer del exilio en España? ¿Quién conoce mejor el contexto nacional, al que ellos han llevado a la debacle, que los mismos que están presentes? La idea de la inclusión en el proceso de transición de los reformistas no es algo descabellado”, y para Moreno basta cambiarles “la agenda de trabajo”, como si no fuera posible otras variantes en las que se incluirían especialistas con intereses políticos y menos historia de represión en su “agenda de trabajo” actual.
CxC además de la aplicación del “estudio demoscópico” para saber sobre la “intención ciudadana” con respecto al referéndum constitucional dice que rediseñará sobre la marcha las estrategias para el próximo período electoral.
“Nos golpeó el tema recursos, la comunicación, las capacitaciones, la gestión del conocimiento y la intensión viciada de otras organizaciones que podían diluir el criterio de las candidaturas independientes”, hace un inventario de contrariedades, “además no podemos negar que fue muy eficiente el trabajo de la policía política y de las organizaciones satélites al partido comunista que tienen un trabajo más centrado porque tienen una capacidad de recursos que es inagotable”, lo que hace que cualquier iniciativa opositora tenga menos posibilidades de triunfar.
“Pero lo más importante fue que logramos sensibilizar a parte de la población con el tema, les movimos el piso al régimen y demostraron que no confían en sus fuerzas políticas”, por el despliegue represivo contra los candidatos y los votantes.
Para Juan Moreno hoy “cualquier actor de cambio puede ser un candidato”, y defiende su legitimidad en la sociedad civil justo por la función y el alcance que han logrado aunque para muchos sea simbólico, “de todas formas”, dice el opositor “hay un régimen establecido por casi 60 años con una política y una lógica totalmente errada, reconocido por las Naciones Unidas, por la iglesia católica, lo cual lo convierte en legítimo en su esencia; sin embargo, la manifestación ciudadana lo hace ilegítimo, que no quepa duda”, concluye.