MIAMI, Estados Unidos.- Con la llegada al poder de Hugo Chávez en Venezuela tomó protagonismo en la plana del alto mando del país la santería, el espiritismo y la magia negra; las creencias de la fuerza de los espíritus y del más allá, y la masonería y el marianismo, dos vertientes determinantes en la Fuerza Armada venezolana, quedaron relegadas.
En un texto publicado este martes por Infobae, se asegura que la creencia de Chávez en la brujería y el espiritismo obligó a muchos de sus cercanos colaboradores a participar e integrarse a ese mundo misterioso, y la idea de pertenecer a una logia, que les daba a los oficiales la misma importancia que los jóvenes a las fraternidades estudiantiles, quedaba apartada o minimizada.
“Fue muy duro aceptar esas creencias del comandante y todo eso que se hacía en Miraflores. A mí, por ejemplo, me costaba mucho porque tu sabes que yo soy muy católico”, contó a Infobae un general del ejército, y agregó: “Todo el que quería estar cerca del presidente Chávez tenía que aceptar esos ritos”.
“Esas cosas, los altares, todo eso que instaló en el Palacio de Miraflores. Vi a muchos generales participar en eso. Como yo no era aún general simulé que toleraba lo que pasaba, pero hoy en día lo que quiero es irme de la Fuerza Armada con la satisfacción del deber cumplido y no pensar en esas cosas que creo son un pecado y yo creo que la aprendió de los cubanos”, dijo.
El general entrevistado por Infobae aseguró que él y muchos de sus colegas “pensábamos que era por los cubanos porque en Venezuela nunca se vio, por lo menos yo no, eso de los ritos, el uso de los muertos, todo eso que llegó con religiones cubanas. A veces cuando hablábamos de la magia negra, de la santería, el vudú, el satanismo, muchos de mis compañeros de promoción decían que eso eran poderes mágicos que requieren sacrificios. A mí siempre me pareció brujería y ya”.
Escudado en estas creencias, y luego de miles de argumentos, incluida su suposición de que los restos que estaban en El Panteón realmente pertenecieran al padre de la Patria, Chávez exhumó el 16 de julio 2010 los restos de El Libertador, Simón Bolívar. Bolívar llevaba 177 años muerto, y Chávez organizó un evento en horas de la noche que transmitió por televisión.
Desde años antes, el discípulo de Fidel Castro ya había dicho que abriría el sarcófago de Bolívar “para determinar las verdaderas causas de la muerte de Bolívar, porque según él lo habían asesinado y hasta culpó de su muerte a los Estados Unidos”.
“¡Ojalá sean los de Bolívar! ¡Ojalá! Pero hay dudas. Hay dudas sobre la autopsia de Bolívar”, se justificó en ese entonces, cuenta Infobae.
Desde ese entonces “se aceleró la profanación de tumbas en los cementerios venezolanos, inicialmente fue de personas con determinados simbolismos, luego los restos de los cadáveres empezaron a desaparecer indiscriminadamente”.
“En marzo del 2013 en el Cementerio General del Sur se encontró vacía la tumba del dos veces presidente de Venezuela general Joaquín Crespo, quien murió en 1898; tampoco los de su esposa, Misia Jacinta, y otros miembros de la familia se encontraron”.
También, cita el texto, “a finales del 2017 y principios 2018 fue profanada la tumba de la Congregación de San Vicente de Paúl. Así como la tumba del capítulo metropolitano, de unos 40 que habían sido canónigos de la Catedral de Caracas. También la tumba del primer capellán militar que tuvo Venezuela”.
Los cadáveres, ya es de conocimiento popular, se utilizan para hacer brujería y que sus huesos sirvan para protección de los vivos. “Hay quienes aseguran que los paleros los usan para hacerle daño a enemigos, quitar adversarios del camino o enfermarlos”.
La profanación de las tumbas en Venezuela, en medio de la crisis que azota el país desde hace varios años, ya no solamente es con motivos simbólicos y sobrepasó lo que habría iniciado Chávez con la santería o el espiritismo, ahora también responde al negocio de la compraventa de dientes de oro, que muchas personas usaban hace seis o siete décadas atrás, pues “ya nadie entierra a sus familiares con joyas o artículos de valor para evitar que se atractivo para los profanadores de tumbas”.
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