LA HABANA, Cuba.- En la tarde de ayer, 6 de marzo, el escenario del capitalino teatro Mella acogió la gala de clausura de la XV edición del Festival “Fiesta del Tambor Guillermo Barreto in memoriam”. Una semana de intensa actividad cultural, dirigida por el músico Giraldo Piloto con el apoyo del Centro Nacional de Música Popular, la agencia de promoción cultural Paradiso y patrocinadores foráneos, incluyó clases magistrales; competencias de percusión, rumba y casino; presentaciones de aquilatados percusionistas cubanos y extranjeros; compañías de danza; conjuntos rumberos y orquestas de música popular bailable.
Durante la gala final fueron otorgados los lauros correspondientes a los concursos internacionales de percusión y baile popular. Se hicieron merecedoras de los premios las mejores interpretaciones en batería, paila, bongó, tumbadoras y tambores batá; mientras los bailadores fueron reconocidos por su ejecución de la rumba (Columbia y Guaguancó) y el casino (por parejas). La mayor parte de las recompensas fueron aportadas por empresas patrocinadoras –SABIAN, PEARL, GON BOPS, EVANS, REGAL TIP, SONOC…- y consistieron en instrumentos musicales de primera calidad que suelen ser muy caros para los estudiantes de música en Cuba.
A pesar de que el espectáculo inició con casi una hora de retraso y notables percances organizativos, la soberbia apertura a cargo del grupo folclórico “Desandán” (Camagüey) bastó para que el público dejara de hacer mohines en sus asientos y se sumara al disfrute de un repertorio músico-danzario inspirado en tradiciones haitianas –desde los cantos de tumba francesa hasta el merengue-, interpretado con un virtuosismo poco usual y una calidad excepcional en los arreglos vocales.
El intermezzo estuvo a cargo de la compañía de baile “Santiago All Stars”, que rindió honores al son tradicional hasta donde se lo permitió un escenario abarrotado de instrumentos musicales que apenas dejaron espacio para ejecutar la coreografía. El colofón estuvo a cargo de Alain Pérez, un músico que, según palabras del propio Giraldo Piloto: “tiene revuelta a La Habana y a toda Cuba”. Aunque este singular advenedizo parece más un show man que un sonero, hay que decir, con justicia, que su orquesta tiene todo lo que hace falta para moverse cómodamente en el vasto repertorio de la música popular bailable cubana y caribeña.
La recién concluida XV edición de la “Fiesta del Tambor Guillermo Barreto in memoriam”, sirvió, entre otras cosas para tomarle el pulso a la popularidad de la rumba y la música popular bailable cubana. Aunque los concursos anteriormente citados fueron concebidos para motivar el acercamiento entre los jóvenes y las tradiciones músico-danzarias cubanas, el auditorio estuvo mayoreado por personas que superaban los 40 años.
La crisis de la cultura cubana se ha extendido al otrora inexpugnable bastión de la música. Para los jóvenes la rumba, el son y hasta la timba son algo “antiguo” o “decadente” frente al auge de la música electrónica. Y es una verdad ineluctable. Mientras la sala del Mella acogía a los “tembas” –última línea de defensa de la tradición bailable cubana-, los adolescentes y jóvenes detenían el tráfico en las avenidas citadinas, luego de terminado el concierto de DJ Diplo y Major Lazer, en la tribuna antiimperialista.