MADRID, España, 22 de junio (Agencias, 173.203.82.38) – El trabajo por cuenta propia es para “montar un negocio”, pero no para “hacer millonario a nadie” porque “no queremos concentración de riqueza”, dijo el vicepresidente de la Asociación Nacional de Economía y Contadores de la isla, Alberto Betancourt Roa en una entrevista en Madrid con la agencia Efe.
“Cuando nosotros hablamos del trabajo por cuenta propia, nos referimos a que alguien tiene la posibilidad de montar un negocio, pero eso en términos prácticos no hace millonario a nadie, porque nosotros hemos dicho claramente que no queremos concentración de riqueza”, precisó el funcionario cubano.
El economista indicó que el Gobierno castrista está adoptando cambios que permitan “cosas estructurales y legales de la forma en que hemos operado socialmente y económicamente hasta ahora, y eso requiere que la gente entienda lo que se quiere hacer y pueda participar”.
En cualquier caso, “el cambio de mentalidad se debe dar dentro del modelo socialista y el capitalismo quedar bien lejos”, subrayó en la entrevista concedida a Efe.
De acuerdo con la revista Forbes, en el año 2005 Fidel Castro tenía una fortuna de 550 millones de dólares y en 2006 esa cifra ya alcanzaba los 900 millones de dólares, aunque el ex gobernante cubano siempre ha negado esos reportes.
Un reciente artículo de martinoticias.com indica que en 2005 fue detectada en Suiza una multimillonaria cuenta del gobierno cubano a nombre de empresas fantasmas.
Debacle de los mercados genera la crisis alimentaria en Cuba
De acuerdo con Betancourt Roa, la crisis económica mundial ha generado en Cuba una crisis alimentaria, pero además ha influido en el cambio de divisas y en el turismo europeo en la isla.
“Cuba es una economía pequeña, pero muy abierta y por lo tanto cualquier efecto negativo en la economía internacional se refleja en la economía nacional, y te obliga a hacer modificaciones en los planes”, explicó.
Garantizar la alimentación de la población, así como la energía eléctrica es, para el economista cubano, un “problema fundamental” diario en la isla.
Otra consecuencia de la crisis económica mundial es el cambio de divisas ya que, según apuntó Betancourt Roa, “como consecuencia del bloqueo (embargo) no podemos pagar en dólares y tenemos que pagar mucho en euros”.
“Si el euro se devalúa, a nosotros nos afecta doblemente. Cuando vamos a pagar una importación tenemos que pagar más euros. Cuando recibimos el pago de una exportación, recibimos menos euros”, precisó.
En la opinión de observadores y analistas, la crisis alimentaria en Cuba está más supeditada a la mala administración de los recursos disponibles en la isla –reconocida incluso por las propias autoridades cubanas- que a los vaivenes de la economía mundial o al embargo estadounidense contra la nación caribeña.
Aunque acrecentadas con la desaparición del bloque socialista europeo, las carencias de los cubanos en el terreno alimentario se remontan a la década de los años 60, cuando se impuso el racionamiento de los alimentos, incluso de aquellos que debía producir la agricultura del país, y a pesar de los poderosos subsidios que por décadas aportó la entonces Unión Soviética.