LA HABANA, Cuba. ─ El preso Carlos Alberto Acosta Rodríguez, recluso de la cárcel de Kilo 5, en la provincia de Pinar del Río, se encuentran en condiciones infrahumanas desde hace siete meses, confirmó a CubaNet uno de sus compañeros de confinamiento.
Hiosvel Román Ramos señala que Acosta Rodríguez tiene amputadas las dos piernas, por lo que no puede valerse por sí mismo. Asimismo, necesita ayuda de los otros presos hasta para hacer sus necesidades, pues no puede usar las letrinas.
En agosto de 2020 el recluso en cuestión fue acusado de vender su tique de impedido físico en la cola de la TRD El Encanto, por lo cual fue condenado a 10 meses de prisión sin pruebas, pues en el juicio la supuesta compradora negó los hechos imputados. Al mes de encarcelado su abogado solicitó la libertad condicional, la cual le negaron.
Cabe señalar que además de tener amputadas las dos piernas, Acosta Rodríguez padece de insuficiencia venosa. Hiosvel Román Ramos agrega que el preso no puede valerse por sí mismo.
Carlos Alberto Acosta Rodríguez, de 49 años, necesita ayuda de los otros presos para todo, principalmente para bañarse y hacer sus necesidades en una bolsa de plástico, pues no puede usar las letrinas. No obstante, según el propio Acosta, las autoridades penitenciarias le han asegurado a su hermana que él cuenta con todas las condiciones para cumplir la sanción.
El preso perdió su casa por un derrumbe en 2017. Al no tener casa, le retiraron la chequera de seguridad social hasta tanto no tenga domicilio fijo, con lo cual quedó sin sustento, en un estado de desamparo total.
Al momento de ser encarcelado, Acosta Rodríguez se encontraba albergado temporalmente en un Centro de Protección Social para la Atención a las Personas con Conducta Deambulante (una especie de refugio para personas sin hogar), en el que fue ubicado a instancias de un funcionario del Departamento de Atención a la Ciudadanía del gobierno provincial de Pinar del Río, donde el minusválido había planteado su caso.
Tras muchas gestiones infructuosas en reclamo de una vivienda digna, Acosta Rodríguez, a manera de protesta, pernoctaba en el portal de la sede del Partido Comunista de Cuba (PCC) de su municipio, San Juan y Martínez, de donde en varias ocasiones le llamaron a la policía. Opina que su encierro habría tenido el objetivo de “salir de él”, pues no había cesado de presionar a las autoridades para que le hicieran “un cuartico” donde vivir.
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