LA HABANA, Cuba.- La Red Minorista de CIMEX, el segundo grupo empresarial de capital cubano más importante en la isla, inició en la capital el cierre de los contenedores habilitados como unidades de venta de la cadena Tienda Panamericana, una medida que responde a la baja seguridad de los quiscos frente al creciente auge de robos.
Según dieron a conocer trabajadores de la entidad, cerca de veinte ‘contenedores’ ya fueron cerrados en los municipios Centro Habana, Cerro y 10 de Octubre. Asimismo, se trabaja en el desmontaje de otros puntos de venta en los municipios Arroyo Naranjo, San Miguel del Padrón, La Lisa, Boyeros y Cotorro.
Los ‘contenedores’ de la cadena Tienda Panamericana se extienden por todo el país.
Su actividad comercial incrementa el volumen de ventas en zonas urbanas de alta demanda, a la vez que posibilita el acceso a productos básicos en localidades periféricas o rurales sin tiendas convencionales.
Lourdes Izquierdo Hernández, almacenera de la cadena, informó que cada vez son más frecuentes los robos a ‘contenedores’, cuya principal protección se basa en sistemas de alarmas que en un elevado por ciento presentan fallas técnicas, ‘ángulos ciegos’ o son fáciles de desinstalar desde el exterior.
“Prefieren cerrar y dejar sin empleo a varias personas en vez de contratar personal de seguridad para las noches. Antes los había, pero dijeron que cobraban mucho y terminaron cerrándoles los contratos”, comunicó la almacenera.
A pesar que ya fueron clausurados, Yaneisi González Obregón, dependiente de uno de los contenedores fuera de servicio en 10 de Octubre, sito en la intersección de las calles Enamorados y Rabí, explica que la mayoría aún conserva la totalidad de mercancías en su interior.
A cargo de los trabajadores queda la responsabilidad de organizar guardias nocturnas para evitar posibles robos, toda vez que las alarmas ya fueron retiradas y varias unidades de venta muestran huecos en su estructura.
“No hay suficientes camiones para trasladar rápido todos los productos hacia almacenes u otras unidades comerciales”, dijo González. “De seguir cobrando el salario, el estímulo monetario y ser reubicados, depende hacer esa guardia”.
Apenas iniciado el proceso, en diferentes sitios de la ciudad se comienzan a sentir los efectos de la ‘salida del aire’ de los ‘contenedores’. Quienes salen en busca de algunos alimentos y productos de aseo, nuevamente tienen que hacer frente al desabastecimiento, el acaparamiento y la especulación.
Ahora sin competencia, en los barrios se multiplican las casas particulares donde a sobre precio se puede comprar desde un paquete de salchichas hasta una caja de pollo.
Javier Prado Quintero, vecino del Cerro, argumenta que los residentes de ese municipio infructuosamente recorren de punta a cabo las pequeñas tiendas existentes en el territorio.
“Llevo tres días para comprar un litro de aceite, antes resolvía en el contenedor de Vía Blanca y 10 de Octubre pero ahora tengo que pagar tres CUC (el valor es de dos CUC en las tiendas estatales) en una casa o tomar una guagua hasta Centro Habana o la Habana Vieja, que tienen más comercios y más grandes”, destacó Prado.