MIAMI, Estados Unidos. – Como han informado medios de todo el mundo, el viceministro ruso de Ciencia y Educación Superior, Pyotr Kucherenko, murió el pasado sábado durante su vuelo de retorno de un viaje de negocios a Cuba. El funcionario ruso de 46 años se sintió mal en pleno vuelo La Habana-Mosú, y aunque la aeronave aterrizó de emergencia en la ciudad de Mineralnye Vody, los esfuerzos médicos resultaron insuficientes para salvarle la vida.
“Kucherenko se sintió mal mientras estaba en un avión con una delegación rusa que regresaba de un viaje de negocios a Cuba. El avión aterrizó en la ciudad de Mineralnye Vody, donde los médicos intentaron asistir”, informó el Ministerio en un comunicado publicado en su sitio web.
Su familia ha sugerido que la causa de muerte pudo haber sido una condición cardíaca, aunque la confirmación oficial está pendiente de una autopsia a realizarse este miércoles.
El periodista Roman Super, quien huyó de Rusia poco después de la invasión a Ucrania en febrero pasado, reveló en su canal de Telegram que había conversado con Kucherenko días antes de su huida. Según Super, Kucherenko temía por su seguridad y le animó a abandonar Rusia. “Sálvate a ti y a tu familia. Vete lo antes posible. No puedes imaginar el grado de brutalización de nuestro Estado. En un año no reconocerás a Rusia en absoluto. Al irte estás haciendo lo correcto”, le dijo Kucherenko a Super, de acuerdo con CNN.
Super también compartió que Kucherenko había estado tomando antidepresivos y tranquilizantes en grandes cantidades. Dijo, citando al ministro: “Los tomo a puñados. Y no ayuda mucho. Apenas duermo. Me siento terrible. Todos estamos secuestrados. Nadie puede decir nada. De lo contrario, nos aplastan inmediatamente como a insectos”.
El caso de Kucherenko no es un hecho aislado. En el último año, al menos 13 destacados empresarios rusos han fallecido por suicidio o en accidentes inexplicados. Entre ellos, se cuentan seis asociados a las dos mayores empresas energéticas de Rusia.
Estos sucesos extraños se dan en un contexto en el que, según se ha informado, los altos funcionarios rusos en el Kremlin y en las regiones tienen prohibido abandonar sus cargos. Al parecer, incluso varios gobernadores, funcionarios de las fuerzas de seguridad y personas de la administración presidencial han intentado renunciar, pero no se les ha permitido.
La muerte de Kucherenko agrega otra capa de misterio a la creciente lista de fallecimientos entre la élite rusa. Ni siquiera los resultados de la autopsia, que podrían ser alterados por el régimen ruso, despejará el enigma.