MIAMI, Estados Unidos. — Cuba y Argentina no solo intercambian turismo de izquierdas y suvenires guevarianos: en los últimos tiempos también se han vuelto habituales los encuentros entre funcionarios de ambos países prometiendo ambiciosos proyectos en materia de agricultura y comercio.
El país suramericano —uno de los mayores productores de carne de la región— bien podría ser uno de los mecenas agrícolas del régimen cubano, cuyos mercados continúan desabastecidos o con escasa oferta. Sin embargo, hasta ahora todo ha quedado en cintillos noticiosos.
Este martes, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel conversó en La Habana con el secretario de Planificación del Desarrollo y la Competitividad del Ministerio de Economía de Argentina, Jorge Neme.
“Hablamos sobre prometedores proyectos en materia de agricultura y comercio”, dijo Díaz-Canel en Twitter sobre la colaboración en proyectos de desarrollo en el sector agroalimentario de la Isla.
El objetivo, según funcionarios de ambos países, es avanzar en un acuerdo para impulsar un crecimiento de la producción de alimentos en Cuba y sustituir paulatinamente la importación de productos básicos, algo que La Habana lleva prometiendo desde hace décadas.
De acuerdo con la Agencia EFE, el ministro Jorge Neme viajó a Cuba acompañado de varios empresarios que vienen a participar en la edición 38 de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV), la bolsa comercial más importante del país, que tendrá lugar del 14 al 18 de noviembre próximos.
El pasado mes de mayo, Neme declaró que el intercambio entre ambos países “sería una oportunidad de que la Argentina transfiera tecnología llave en mano transfiriendo tecnología genética, maquinaria agrícola, silobolsas, prácticas para generar valor agregado y para que Cuba empiece a resolver de un modo responsable su problema de abastecimiento de alimentos básicos”.
El ministro argentino indicó en aquella ocasión que podría ser un buen momento para que empresas de ese país lleguen al mercado cubano “a través de transferencia de conocimientos, métodos de siembra directa, genética y tecnología”.
Cabe señalar que Cuba atraviesa una aguda crisis económica reflejada en la escasez de productos básicos y alimentos, por lo que el país caribeño debe importar cerca del 80 % de esos productos para su consumo.
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