RANCHUELO, Cuba, 16 de junio (Félix Reyes / 173.203.82.38) – Las denominadas visitas conyugales de los reos en la prisión Kilo-9, de Camagüey, se llevan a cabo sin la privacidad necesaria.
Según dijo a este reportero, vía telefónica, el prisionero Alexis Sabatela, los ventanales de los seis cuartos de tres metros cuadrados destinados a las visitas conyugales, no tienen persianas, y las parejas tienen que taparlos con sábanas, para eludir a los voyeristas.
“Las habitaciones están entre dos pasillos, uno que se encuentra a escasos metros de la oficina del jefe de la Dirección Técnica de Investigaciones del penal, y otro que se comunica con uno de los consultorios médicos de la cárcel”, narró la fuente.
Agregó Alexis que cuando llueve los pequeños cuartos se mojan y ni los colchones se salvan del agua. Los muelles de las camas están rotos y el agua para el aseo, almacenada en un tanque dentro del cuarto, tiene moho y mal olor.