MIAMI, Estados Unidos. – Las tensiones en la frontera entre Colombia y Venezuela siguen a la orden del día debido a la amplia actividad fuerzas irregulares y grupos insurgentes en la zona.
De acuerdo con el portal digital Infobae, el “cobro de vacuna”, nombre otorgado al pago por obligación a los grupos que operan en la zona, está sometiendo a la población a extorsiones permanentes y ha generado un nuevo conflicto.
La situación ha desatado una guerra abierta entre los paramilitares colombianos y la Policía venezolana, la cual estaría amparando al Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN).
Según Infobae, la peor parte de la guerra entre grupos paramilitares y guerrilleros la lleva quien habita en la frontera del lado venezolano.
Se acusa a funcionarios e incluso al director nacional Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) de amparar las fechorías de los grupos guerrilleros “declarando a estos señores objetivo militar y a todo aquel funcionario que se encuentre después de las 20:00 horas en las calles del municipio”.
En ese contexto, los grupos paramilitares que operan en la zona siguen empeñados en controlar la industria del contrabando, una actividad que mueve unos mueve millones de dólares al año.
Por ahora los paramilitares de esa agrupación llamada Autodefensas Unidas Colombo Venezolanas pretenden erigirse como jefes del municipio Ureña, critican al CICPC y Conas-Gaes de someter y coaccionar a los habitantes de la frontera “a tomar partido político subyugando a la población para sus intereses”.
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