GUANTÁNAMO, Cuba. – Fuentes a las que tuvo acceso CubaNet confirmaron el brote de COVID-19 en la Prisión Provincial de Guantánamo, principal centro carcelario de ese territorio oriental.
La posibilidad de contagios por coronavirus en el penal había sido adelantada por este diario a inicios de febrero. Entonces, ya existían rumores de que el virus había llegado ese establecimiento penitenciario. La información se basaba, fundamentalmente, en testimonios recibidos por el periodista Tomás Cardoso, del servicio informativo de Radio Televisión Martí.
El martes 9 de febrero CubaNet contactó con familiares de tres reclusos -dos de ellos contagiados-, quienes confirmaron la existencia del brote en la prisión. Este reportero también tuvo la oportunidad de conversar telefónicamente con un reo, quien ofreció pormenores sobre la situación del establecimiento penitenciario. Debido a que las fuentes informativas pueden ser reprimidas, CubaNet no revelará sus identidades.
“El brote de COVID -19 surgió en la prisión hace más de quince días. Ellos (los militares) hicieron las pruebas cuando la enfermedad ya había entrado allí. Me siento mal porque tengo dificultades para conocer la evolución de mi esposo y eso me está creando ansiedad, también a nuestros hijos y a toda su familia”, comentó a este medio la esposa de uno de los reclusos diagnosticados como positivos.
La madre de otro preso enfermo dijo estar “muy preocupada” por la situación de su hijo, quien permanece “aislado y sin ayuda familiar”.
“Es verdad que esa es la misma situación en que están todos los enfermos, pero al menos nosotros deberíamos tener información precisa sobre la evolución de estos casos, pues los enfermos que se hallan en libertad tienen la posibilidad de comunicarse mediante el uso de teléfonos celulares con sus familiares. Pero en Cuba eso no se les permite a los presos. A ellos les conceden acceso a la telefonía pública, en condiciones normales, cinco minutos una o dos veces a la semana, así que imagínate cómo será en estas condiciones. Y eso crea mucha angustia en los familiares”, añadió.
La esposa de otro recluso, visiblemente molesta, dijo a CubaNet que el brote de COVID-19 en la prisión “era algo que se veía venir, porque los militares y el personal civil que trabaja allí todos los días entraba y salía y no había un estricto control sanitario sobre ellos”.
“Llevamos meses sin poder ver a nuestros familiares porque los militares cerraron la cárcel para impedir el contagio y ahora eso ha ocurrido por alguna negligencia o irresponsabilidad de ellos. Como siempre, los que pagan los platos rotos son los presos y sus familiares”, sostuvo la mujer.
El pasado martes, este reportero se trasladó hacia la vivienda del familiar de un sancionado, desde donde conversó telefónicamente con este. El reo comentó que los presos están molestos y muy preocupados porque se han detectado más de doscientos casos de contagios dentro de la prisión, entre reclusos, militares y personal civil. También informó que hay mucho temor entre los sancionados por las consecuencias que puede tener un hecho de esta naturaleza en una instalación donde hay un número significativo de personas hacinadas, con deficientes condiciones higiénicas y con mala alimentación.
“Esto está muy malo, hermano. Todos los días los militares nos amenazan con nuevas medidas y a ellos, los causantes del contagio, no les pasa nada. Llevamos más de seis meses sin ver a nuestros familiares y ahora no tenemos esperanzas de poder verlos pronto”.
CubaNet confirmó -dando seguimiento a la información publicada el pasado 3 de febrero- que los reclusos sospechosos de tener la enfermedad y los contagiados han sido trasladados hacia centros de aislamiento. Uno de ellos es “Villa Toa”, centro recreativo que brinda servicios a militares de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de la Región Militar de Guantánamo. El otro es la Escuela Vocacional Militar “Camilo Cienfuegos”, situada cerca de la anterior instalación.
El total de reclusos que actualmente se encuentra confinado en esas edificaciones sobrepasaría los 200, según le escuchó decir a un médico de la dirección provincial de Salud Pública uno de los familiares entrevistados.
Este miércoles, 10 de febrero, en su habitual conferencia de prensa matutina, el Dr. Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), informó que la provincia de Guantánamo reportó 171 casos correspondientes al martes, otro aumento significativo en relación con las cifras del lunes y el domingo.
Aunque es posible que ese incremento de casos se deba a la magnitud alcanzada por el evento de la prisión provincial, el especialista se limitó a decir, con respecto a Guantánamo, que “un gran número de casos está focalizado en un evento que ellos tienen”, omitiendo decir que se trata de lo ocurrido en el establecimiento penitenciario.
Si en cualquier circunstancia recibir información oportuna y veraz de todo lo que acontece es un derecho de los ciudadanos, ese derecho debe ser observado con mayor rigor ahora por las autoridades cubanas. Ya pifiaron al ocultar el reciente fallecimiento de una doctora guantanamera y rectificaron después que el hecho fue publicado por CubaNet. Ayer se reportó el fallecimiento de un hombre de 42 años aquí. Pudo ser un recluso y lo están ocultando.
Ya ningún alto oficial del Ministerio del Interior (MININT) podrá jactarse -como hizo el 24 junio de 2020 el coronel Osmani Leyva Ávila, segundo jefe del Sistema Penitenciario cubano en el programa Hacemos Cuba– de decir que en las cárceles cubanas se han tomado todas las medidas para impedir la entrada de la pandemia.
En aquella oportunidad se brindó una visión idílica sobre el sistema penitenciario cubano. La realidad acaba de desmentirlo. No hay nada como un día tras otro.
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