CDMX, México.- El presidente designado, Miguel Díaz-Canel, pronunció un discurso de cierre en las sesiones del Parlamento cubano que él mismo definió como “su rendición de cuentas” del año 2022. El medio oficial Cubadebate publicó íntegramente sus palabras al día siguiente.
El presidente designado no sabe rendir cuentas
En su intervención, Díaz-Canel manifestó la necesidad de la integración latinoamericana y habló de la crisis internacional; pero nada dijo del alineamiento de Cuba con Rusia, en su guerra contra Ucrania.
Habló de las buenas relaciones de su gobierno con Bolivia, México y Venezuela, y del inicio de una colaboración económica con Argentina. Condenó el embargo y saludó al dictador Daniel Ortega. Dijo haber ayudado en las negociaciones de paz con Colombia, y aseguró que su gobierno está dispuesto a ser parte garante de esas negociaciones.
También condenó al gobierno de los Estados Unidos por señalar que el régimen cubano atenta contra la libertad religiosa; aunque luego agradeció la ayuda del país norteño cuando se produjo el incendio en la base de supertanqueros de Matanzas, el envío de los cien uniformes de bomberos que recién llegaron a la Isla y el apoyo financiero de dos millones de dólares para los damnificados del huracán Ian. No obstante, reafirmó que el embargo estadounidense es el obstáculo fundamental para el desempeño económico del país.
Díaz-Canel aseguró que durante su gira internacional se consolidaron las relaciones con Turquía, China, Rusia y los países del CARICOM; pero no mencionó los negocios establecidos con esas naciones, ni cuánto dinero tuvo que desembolsar Cuba para costear dicha gira y la participación en ella de otros funcionarios, como Esteban Lazo y Rodrigo Malmierca. El presidente no electo nada dijo sobre los gastos de su gobierno este año, ni qué parte del presupuesto nacional ocuparon.
La opacidad de los gastos gubernamentales fue típico de las dictaduras comunistas en el siglo pasado. Los comités centrales, burós políticos y gobiernos jamás rindieron cuentas de sus gastos ni del uso de los recursos nacionales a la ciudadanía, pese a ser los responsables directos del control total de ese patrimonio.
El estalinismo nunca rindió cuentas. En 1976 Fidel Castro adoptó ese sistema político y económico, con el cual eximió a la cúpula verde olivo de rendir cuentas de su gestión, incluyendo el manejo de los recursos del país. En Cuba, como en las antiguas repúblicas soviéticas, los políticos y funcionarios que ocupan puestos claves en la administración pública no son cuestionados acerca de su patrimonio personal; una práctica que no ha sido modificada por la nueva Ley de la Contraloría de la República, que mantiene al Comité Central y al Buró Político del PCC exentos de control por parte de la ciudadanía.
Esta decisión es muy grave, pues dichas entidades son las que controlan y gestionan el dinero público y los recursos nacionales, deciden las políticas públicas en todos los ámbitos y son, además, responsables por la salvaje represión contra el pueblo cubano.
Por eso, desde 1959 se repiten y aumentan las políticas erráticas y los fracasos económicos. Nadie controla a los gestores de las políticas públicas. Estos, a su vez, no rinden cuentas a la ciudadanía, y la Constitución respalda la omnipotencia del partido único, al margen del control ciudadano.
El presidente designado le da la espalda a los derechos humanos en Cuba
Díaz-Canel niega todas las violaciones de los derechos humanos en Cuba y declara:
“Me niego a aceptar la satanización del socialismo, particularmente en el tema de los derechos humanos, porque el socialismo es, por esencia, un sistema orientado a conquistar la mayor justicia social posible, mostrándolo como un sistema enemigo de las libertades y los derechos políticos en general”, dijo. Es decir, la realidad no cuenta para el presidente designado, porque su doctrina ideológica dice que se deben respetar los derechos humanos.
Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Las organizaciones de la sociedad civil independiente, los medios independientes y las redes sociales señalan diariamente el incremento de la represión y la violación de todos los derechos humanos en la Isla.
La organización Prisoners Defenders contabiliza 1 034 presos políticos hasta noviembre de este año. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos publica diariamente las violaciones de derechos a los presos políticos y sus familiares.
Reclusos como Fernando Vázquez Guerra y Virgilio Mantilla Arango han revelado el empleo de métodos de tortura como el “potro” y la “crucifixión”, así como el confinamiento en celdas de castigo a aquellos que hacen públicas sus denuncias. También a diario se hacen públicos los reclamos de presos y familiares por la falta de asistencia médica como forma de tortura. La última visita recibida en prisión por el líder de UNPACU, José Daniel Ferrer, incluyó una golpiza delante de sus seres queridos y el anuncio de Ferrer de retomar una huelga de hambre.
Los familiares de los presos denuncian asedio, intimidación y arrestos por parte de las fuerzas represivas para obligarlos a hacer silencio sobre los maltratos que sufren sus parientes encarcelados.
En otros artículos hemos comentado que casi todas las leyes aprobadas a lo largo del presente año refrendan las violaciones a los derechos humanos, con excepción quizás de la Ley de Comunicación Social y el Código de Familia; este último muy polémico y con baja aprobación.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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