LA HABANA, Cuba.- Ni San Judas Tadeo, santo milagroso del catolicismo, ha logrado el milagro de hacer desaparecer la basura que rodea a la parroquia que se le dedica en Cuba, situada en la intercepción de las calles Rayo y San Nicolás, a una cuadra de la avenida Monte, en el mismo corazón de los Sitios, Centro Habana.
“Este santo es muy milagroso, pero ni él ni el padre Cuevas, que era muy activo, han logrado nada”, dice a CubaNet una de las señoras de más de 70 años que asiste a misa, mientras hace un gesto de lo incisivo que podía ser el cura con las cosas mal hechas.
“Tampoco lo logró la ministra María Antonia, así que tuvimos que clausurar las puertas laterales”. Así y todo, para entrar al edificio hay que abrirse paso por una nata de moscas que contrastan con la limpieza del interior.
Pero los únicos afectados no son los “feligreses”, ni los creyentes, sino los negocios de viandas, carne, y artículos religiosos, y los vecinos, que están alrededor de la parroquia.
“Aquí las moscas las espantamos con un pomo de agua”, dice la señora entrevistada y señala la técnica del pomo colgado y dando vueltas para espantar a los insectos.
Sin embargo, la culpa recae sobre los vecinos: “la gente es muy desconsiderada y no se da cuenta de que aquí no pueden echar basura, pero así y todo la echan”, dice otra de las cubanas asiduas a misa, mientras que los vecinos se preguntan qué hace un “contendor de escombros permanentemente allí, más tres latones azules. Eso lo único que hace es acumular basura y demorar más la recogida”.
Los feligreses presentes en la parroquia, así como a los vecinos a los que CubaNet tuvo acceso, aseguraron que han tratado por todos los medios de solicitar ayuda para este problema.
“Hemos llevado cartas y nos hemos quejado en cuanto lugar del gobierno existe y nos han hecho el caso del perro”, se refieren de manera general los entrevistados con respecto a la indolencia de las autoridades en Cuba ante la situación de insalubridad que afecta al barrio.
“Y tú los ves fumigando y fastidiando con el tema de la fiebre, y el dengue, pero no se ocupan de lo que tienen que ocuparse”, es casi un discurso general de quienes parecen haberse acostumbrado a vivir entre la basura, pero apenas tienen una oportunidad se quejan del mal olor y de las consecuencias de la falta de higiene en Cuba.
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