SANTA CLARA, Cuba.- Sabido es que el gobierno del régimen se ufana de la excelente calidad de sus servicios de salud, pero en los últimos tiempos algunos acontecimientos han dado al traste con el resquebrajamiento del que fuera, el mayor motivo de jolgorio para los gobernantes cubanos.
En Villa Clara, por solo citar un ejemplo, un paciente proveniente de Sagua la Grande se encuentra hospitalizado en terapia intensiva del Hospital Provincial “Arnaldo Milián Castro” a causa de la epidemia del dengue, y aunque su pronóstico es reservado, en declaraciones a la prensa oficialista los máximos directivos del sistema de salud han manifestado que se encuentra en estado de coma y es posible que muera.
Vendría a sumarse a los cinco fallecidos en todo el país en lo que va de año a causa del dengue tipo dos que mantienen en silencio los medios oficiales, de conjunto con la precaria situación que se vive ahora mismo en los centros asistenciales sobre todo con adversidades en los salones quirúrgicos.
La precaria condición de los salones de operación de todo el país ha conllevado a la medida de únicamente operar los casos urgentes y los tumores, en tanto las emergencias dependen del juicio de los galenos, según sea el caso.
Amarilys Blanco, natural de Corralillo, lleva siete meses esperando la llegada de su operación.
“Ahora dijeron que tengo que llamar al hospital para informarme de la reprogramación de mi operación. Tengo problemas en el interior, espero que la Virgen me acompañe y tanta demora ahora no venga a complicarme”.
Un cirujano, entrevistado por CubaNet y quien reserva su nombre, explica que dentro del salón hay carencias de toda clase.
“Jamás había vivido algo como esto. No hay jeringuillas, ni guantes, ni equipos de suero. El hospital está lleno de pacientes y no hay donde poner a los nuevos ingresos, hasta en los pasillos usted puede encontrar camillas con cualquier tipo de dificultad, excepto los casos de dengue que sí se encuentran aislados”.
Es una situación que comparte Yuletsys Carbonell, quien también se encuentra a la espera de una llamada.
“Mi niño tiene una fístula en el recto. Hasta que no comiencen a operar no van a hacer nada con él. Le habían programado la operación para las vacaciones y así no perdía clases, pero al paso que vamos nos coge año nuevo en este trajín. Él es un niño, debiera existir algún nivel de prioridad”.
Por otro lado el gobierno cubano rehúye hablar del tema, pero cada vez son más altas las cifras de adolescentes embarazadas. Sin dudas, otra deficiencia del sector de salud que se quebranta ante los ojos de todos.
De hecho, según publicara el periódico oficialista Granma, el 16% de la fecundidad total del país corresponde a madres adolescentes de entre 12 y 14 años.
Estas brechas evidencian la despreocupación gubernamental por la planificación familiar, pues no es suficiente con brindar información, también hay que mostrar preocupación. Así lo considera Miguel Antonio, futuro padre de una bebita que verá la luz en agosto próximo, justo en el mismo mes en el que cumple sus 17.
“Ahora con la epidemia del dengue se habla mucho de eso, por todas partes, pero nadie ha venido a darnos nada porque seamos estudiantes y estemos pasando por esta situación de traer un niño al mundo”.
En Cuba, el gobierno presume de sus logros en la medicina y hasta los comparte con naciones “más necesitadas”, pero está visto y comprobado que, como dice el refrán, “en casa de herrero, cuchillo de palo.”