LA HABANA, Cuba.- Entrar ahora mismo por la razón que sea al Hospital capitalino Clínico Quirúrgico “10 de Octubre”, más conocido como “La Dependiente”, del municipio Cerro, constituye un enorme riesgo: muchas de las salas de este hospital están repletas de personas, contagiadas con el dengue.
“Parece increíble que a la Dependiente se le dé el calificativo de centro hospitalario”, declaró el pastor evangélico Alejandro Hernández, quien recientemente visitó este lugar por razones médicas y fue testigo de la enorme emergencia que allí se vive.
Según la fuente, la higiene es malísima, hay charcos de agua acumulada en el área de la azotea debido a la tupición de los conductos de drenaje, los alimentos para enfermos se transportan en cubos destapados; en todos los cubículos de las salas con capacidad para cuatro pacientes se alojan entre seis y siete enfermos y prácticamente no existen las auxiliares de limpieza.
La madre de un joven que trabaja en la campaña anti Aedes aegypti en el Vedado, cuyo nombre omitimos por razones de seguridad (tiene su hijo ingresado en “La Dependiente”, infestado con el dengue desde hace varios días), declaró que en todas las salas de este hospital se alberga una terrible paranoia; a casi todos los pacientes se les cubre con mosquiteros (por supuesto, los mosquiteros tienen que ser traídos por los familiares desde sus casas).
El dilema es cómo colocarlos. En este caso, los colocan alrededor de las camas con trozos de palos improvisados que sirven de base, como si estuvieran en un campismo, ya que las camas no tienen tales aditamentos, comentó la mujer a este reportero.
Se pudo conocer, además, a través de una doctora de ese centro y que prefirió el anonimato, que por el alto grado de contagio la dirección del hospital se ha visto obligada a cerrar los salones de operación (quirófanos).
Finalmente, el pastor Alejandro Hernández Cepero, quien pertenece al Movimiento Alianza Cristiana, fuente directa de esta información, certificó que en su recorrido por este hospital se detuvo en la atestada sala Avelino para orar por los enfermos.
“La sensación que ofrece este lugar es terrible, tal pareciera que jamás saldrá sana la gente de ahí”, dijo el religioso.
Es conocido que esta enfermedad se transmite a través del mosquito Aedes aegypti, que se crían en el agua acumulada en recipientes y objetos en desuso, abundantes en cualquier parte de Cuba.
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