GUANTÁNAMO, Cuba, 15 de julio de 2013, Roberto Quiñones Haces/ www.cubanet.org.- El pasado 1 de julio falleció de cólera en esta ciudad José de la Cruz Castillo, de 42 años de edad, que fuera vecino de la calle 12 Sur, entre Santa Rita y San Gregorio, y trabajaba en el Combinado Cárnico provincial, situado en el barrio Isleta.
El velorio se realizó a puertas cerradas en la funeraria La Moderna. Dentro del local estaba únicamente el sarcófago, que se diferenciaba de los que son usados comúnmente por tener la parte superior pintada de blanco y todos los parientes, vecinos y amistades tuvieron que permanecer fuera de la funeraria, rigurosamente vigilada. Según pudimos conocer, la muerte se produjo de forma sumamente rápida, toda vez que los primeros síntomas De la Cruz Castillo los sintió el 29 de junio y, menos de cuarenta y ocho horas después, ya había fallecido.
El joven opositor pacífico Niobis García Fournier, miembro del Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia, dijo a Cubanet que desde que se produjo la muerte de José de la Cruz Castillo el combinado cárnico, o matadero, como popularmente se conoce, ha permanecido cerrado y sometido a fumigación constante. Las autoridades temen que el virus del cólera esté allí, lo cual sería desastroso para la la población guantanamera.
Como en otras ocasiones, y a pesar de los reiterados llamados de poner fin al secretismo y abordar con objetividad todo lo que ocurra, la prensa oficial nada ha dicho sobre este nuevo brote de la epidemia en la provincia. Desde que resurgió el cólera aquí, hace aproximadamente dos meses, se rumora que han fallecido tres personas en el municipio El Salvador y tres en Guantánamo, y que hay gran cantidad de niños ingresados en el hospital pediátrico de la ciudad.
Esta enfermedad ha resurgido en Cuba cien años después de que las autoridades del gobierno interventor norteamericano la erradicaran, gracias a la imposición de rigurosas medida higiénico sanitarias y a la construcción de una red de acueductos y alcantarillados que se extendió a las principales ciudades de la isla, y que, salvo contadas excepciones, sigue siendo la misma después de más de cincuenta años de gobierno socialista.
También, ha sido un rumor persistente que a raíz de la muerte del trabajador cárnico y debido a las acciones de fumigación, fueron descubiertos en numerosas áreas de trabajo pequeños bultos de carne envuelta en nylons, lo cual ha provocado una rigurosa investigación para determinar la identidad de los posibles autores del desvío. El destino no es más que el comercio ilícito de la carne de res, un producto inalcanzable para la mayoría de los cubanos, pues sólo se vende en contados restaurantes que exigen el pago en divisas.