MIAMI, Estados Unidos.- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para Cuba denunció esta semana que en la Isla han ocurrido al menos seis olas represivas tras las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021, cuando miles de cubanos salieron a las calles en más de 50 localidades del país.
En una conferencia que contó con varios activistas cubanos exiliados recientemente, el relator especial de la CIDH Stuardo Ralón aseguró que “los patrones de violación de los derechos humanos observados en Cuba, a través de las diferentes acciones represivas dirigidas a reprimir las voces disidentes y los reclamos ciudadanos por cambios políticos y sociales se presentan como parte de una situación estructural que tiene como raíz la propia ausencia de democracia en el país”.
Durante el evento híbrido, titulado “Cuba, un año después del 11J”, el jurista guatemalteco insistió en que las protestas en Cuba “desencadenaron reacciones inmediatas por parte del Estado contra los manifestantes”, opositores y voces disidentes.
Ralón explicó que la primera ola represiva estuvo marcada por “el uso de la fuerza y campañas de intimidación y estigmatización”, y la segunda por las “detenciones arbitrarias, malos tratos y condiciones deplorables de detención”.
La tercera ola represiva desatada por el régimen de La Habana, agregó, “fue la criminalización de manifestantes, la persecución judicial y violaciones al debido proceso. La cuarta, el cierre de espacios democráticos a través de estrategias represivas e intimidatorias dirigidas a desalentar nuevas manifestaciones sociales”.
Según el reporte, la quinta ola represiva constituyó “la continuidad de la privación de libertad, juicios sin garantías del debido proceso” y la número seis fueron las “propuestas legislativas dirigidas a limitar, vigilar y punir expresiones disidentes y críticas al Gobierno, así como criminalizar el actuar de organizaciones de la sociedad civil independiente”.
La CIDH enfatizó en las denuncias de la sociedad civil cubana, que registró “decenas de personas heridas como consecuencia del uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía. De igual forma se reportaron amenazas, intimidaciones y declaraciones oficiales estigmatizantes dirigidas a las personas manifestantes y a quienes apoyaban las protestas”.
En el evento, concebido “para promover el diálogo y reflexión sobre la situación de los derechos humanos en Cuba” a un año del 11J, participó también Soledad García Muñoz, relatora especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales.
García Muñoz llamó la atención sobre el “aumento generalizado de la pobreza en un contexto de crisis económica producto de una elevada inflación. También es de especial preocupación la persistente precariedad y la falta de alimentos básicos y esenciales en la Isla”.
“Evidenciamos una situación de malnutrición, de disminución de la frecuencia de comidas en gran parte de los hogares cubanos, que afecta desproporcionadamente a las mujeres, a las niñas, a los niños, a los adolescentes y que genera un impacto negativo en la seguridad alimentaria y en las condiciones de vida y desarrollo físico, emocional e intelectual de las cubanas y de los cubanos”, afirmó.
Asimismo, la relatora subrayó que “en materia de salud, hemos sido informados que la falta de medicamentos en muchos casos ha generado el agravamiento de cuadros de enfermedad o que muchas personas utilizaran medicamentos vencidos para su tratamiento o recurrieran a mercados informales para cubrir los gastos en salud de primera necesidad”.
En el evento de la CIDH también participaron Laritza Diversent, directora del Centro de Información Legal Cubalex, Yaxis Cires, director de Estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, la activista Saily González y el periodista independiente Orelvis Cabrera.
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