LA HABANA, Cuba, 2 de abril de 2013, León Padrón Azcuy/ 173.203.82.38.-El pasado 10 de marzo se cumplió un año del aparatoso desalojo contra las 36 familias que habitaban el destartalado Edificio Sarrá, ubicado en la popular esquina de 12 y 23, en El Vedado.
El hecho ocurrió luego de infructuosas advertencias del deterioro del lugar y solicitud de reparación, que en más de una ocasión y a diferentes instancias, habían formulado muchos de los inquilinos de este edificio, con el objetivo de paralizar a tiempo lo que luego sobrevino.
La negligencia de las autoridades cubanas que desoyeron estos reclamos, sumergieron en una inmensa zozobra a la mayoría de los inquilinos del inmueble, quienes desde hace más de un año se encuentran reubicados bajo pésimas condiciones, en diferentes albergues y locales de varios municipios de la capital habanera, esperando con ansiedad el inicio de la reparación, sin que hasta el momento se aprecien pasos concretos al respecto.
La famosa esquina de 12 y 23 y sus alrededores, antes de 1959 era una zona pudiente y pintoresca debido al enorme empuje de sus prósperos y negocios. Un escenario que cambio a partir de 1961, año en que Fidel Castro -justamente en los bajos del edificio Sarrá- declaró el Carácter Socialista de la Revolución, encabezada por él y su hermano Raúl.
A partir de ese momento, la zona, al igual que todo el país, se convirtió en un símbolo a la destrucción en todos los órdenes. Irónicamente, ni el “monumento” erigido para resaltar el nuevo destino de Cuba -en sintonía con el enfermizo culto a la personalidad del caudillo- está a la vista de los ciudadanos. Se ha tapiado con planchas de zinc, sin dar explicaciones.
Una persona muy cercana a una de las familias del Sarrá que no quiso ser identificada, reveló que a finales del pasado año, y luego de reiterada insistencia por parte de todos los inquilinos por saber cuál sería el destino del edificio, Norberto Buchades Ferrer, nuevo alcalde del Municipio Plaza y sustituto de Virginia Caunedo García, citó a los habitantes de este lugar para una reunión en la sede del gobierno local, con el fin de informar sobre el plan de reforma del edificio y su inminente puesta en marcha.
En el encuentro, al que también fueron invitados representantes de Vivienda, varios proyectistas de la unidad provincial de inversiones (UNISA), la jefa de Diseño de Ciudad Habana, y otros funcionarios, se presentó un proyecto de la reparación del edificio y el plano de cómo quedaría. Dicho proyecto incluiría la reparación o sustitución de toda la parte hidráulica, sanitaria y eléctrica en todos los apartamentos, sustitución del acero que esté en mal estado, levantamiento del piso de todas la aéreas comunes, suplantar la caseta del ascensor y poner uno nuevo, así como el levantamiento de la escalera y caseta, entre otras acciones.
En opinión de uno de los participantes en esta reunión, que también prefiere el anonimato, el ambicioso plan puesto en papeles en las mesas de la burocracia permanece en entredicho. Ya que muchos de los damnificados dudan o temen que siga la mentira y la falta de respeto hacia ellos. En tal sentido, la fuente declaró:
“Desde el mes de diciembre y hasta la fecha, a pesar de que varios funcionarios se reúnen todos los lunes y los martes bajo el edificio, sólo se han tapado los cristales de la galería de la planta baja y la tarja al Socialismo. En estos momentos hay un tremendo desorden, no aparece el transporte, ni tejas, ni madera, ni materiales propios de construcción”.
No sin razón prevalece la incertidumbre dentro de estos damnificados, quienes ya tienen un terrible precedente de la poca o nula seriedad de las autoridades cubanas. Baste señalar que en noviembre del 2010, y junio del 2011, le escribieron cartas al Presidente de Cuba, Raúl Castro, y a todas las instancias de gobierno, advirtiendo la situación alarmante del inmueble. En una de estas misivas se puede leer:
“…corremos el riesgo de ser víctima de la negligencia, el descuido, y la indolencia de los que pueden hacer algo para no perder parte de nuestra historia”.
Jamás obtuvieron respuestas. Sólo engaños y mentiras, hasta que finalmente sobrevino el desalojo.