MIAMI, Estados Unidos.- Este martes 16 de noviembre de 2021 la periodista de CubaNet Camila Acosta cumple cuatro meses en reclusión domiciliaria forzosa, acusada, a raíz de las manifestaciones del 11 de julio, de “desorden público” e “instigación a delinquir”. Acosta, sin embargo, no se desanima, y ve su “prisión” como un sacrificio personal que acepta “a cambio de informar y denunciar lo que sucede dentro de Cuba”.
“Es un sacrificio que estoy haciendo, porque estoy prácticamente aislada, pero gracias a las redes sociales puedo mantener el contacto con el resto del mundo, y gracias también al apoyo de familiares y amigos. Pero es un sacrificio que no es en vano, y si todos entendemos eso, de que hay veces que hay que hacer sacrificios por la libertad de Cuba yo creo que vamos a acelerar ese cambio”.
En conversación exclusiva con CubaNet, Camila Acosta habló de estos meses recluida, y de cómo la vigilancia policial se volvió más agresiva en la medida que se acercaba el 15 de noviembre. La periodista tiene agentes en las afueras de su casa las 24 horas.
En estos cuatro meses “solamente me han permitido salir a ver al abogado, siempre me paran en la esquina, los policías me piden identificación y el de la Seguridad del Estado me pregunta a dónde voy. Esto ha sido en dos o tres ocasiones, y las veces que ha pasado me siguen a todas partes. Me esperan incluso fuera del bufete a que termine las gestiones y me siguen de regreso”.
Camila Acosta asegura que depende prácticamente de los amigos “para que me traigan comida y algunos suministros necesarios. Así me he mantenido, tratando de trabajar desde casa y ocupar la mente. Pese a todo no he parado de trabajar”.
Camila Acosta fue arrestada el 12 de julio luego de que reportara las multitudinarias manifestaciones contra el régimen acontecidas en la capital cubana el domingo 11 de julio. El 16 de ese mismo mes fue liberada y desde entonces se encuentra bajo medida cautelar de prisión domiciliaria por “desorden público” e “instigación a delinquir”, dos de los cargos aplicados con regularidad contra activistas, opositores pacíficos y periodistas independientes que se manifiestan abiertamente contra la dictadura.
“Ellos me tienen en reclusión domiciliaria precisamente para hostigarme, para que yo abandone el periodismo independiente y para que abandone el país, pero no lo han logrado. Aunque me tengan presa dentro de mi casa no han logrado que yo ceda”, señaló.
“Ni voy a dejar de hacer periodismo ni voy a abandonar el país, y menos ahora que tan necesaria se hace la labor del periodista independiente en medio de todas estas movilizaciones ciudadanas, de toda esta presión de la sociedad civil contra la dictadura. Yo creo que ahora mismo estamos más cerca del cambio que en seis décadas, y en medio de todo eso la prensa es necesaria”, sentenció.
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