LA HABANA, Cuba. 23 de diciembre de 2013, . Leonel Alberto Pérez Belette/ www.cubanet.org.- Con derroche de virtuosismo cerró el 29 Festival Internacional Jazz Plaza de La Habana, este domingo, en su lugar de nacimiento y sede principal, el patio de la Casa de la Cultura de El Vedado.
Convite de gala final con Orlando Sánchez (Cubajazz), Yasek Manzano, Harold López Nussa, Michel Herrera, Aldo López Gavilán, Síntesis, Timbalaye, Omar Puente (Inglaterra), Malonie Carré (Canadá-México), Nolosé (Suiza), Janet Bunnette y Maqueque (Canadá), Simeón Vencov (Bulgaria), Arthur O´Farril y otros tantos nombres y agrupaciones que estremecieron el corazón musical de esta urbe, durante cuatro días memorables, a golpe de sincretismo con este género nacido en Estados Unidos a finales del siglo XIX.
Destacó la jornada del sábado con un dueto entre uno de los gestores y cofundador del festival, Bobby Carcassés, y la flautista norteamericana Andrea Brachfeld; la aparición inesperada del saxofonista Oliver Lake; la vocalista búlgara Sunnie; una interpretación magistral del clásico “Hotel California” por el joven tresero Maikel Elizarde Ruan, y el contraste marcado por la adaptación del Bolero, de Maurice Ravel, ejecutada por José Luis Cortés (El Tosco).
Jazzplaza, inaugurado el pasado jueves 19, se desarrolló con abundante y variada asistencia de público, fundamentalmente estudiantes del sistema de enseñanza artística. Lo anterior, a pesar de la escasa promoción que sufren casi todos los eventos celebrados en la Isla, los elevados precios de entrada a los teatros; el difícil acceso a subsedes como el Hotel Meliá Cohiba y la limitada capacidad de espacios como los Jardines del Mella, el Club La Zorra y el Cuervo y la confluencia de múltiples fechas y actividades festivas sujetas al mes de diciembre.
Tal vez, la mayor atracción de público cubano joven hacia el festival de este año estuvo originada por el incidente que involucró al hijo deBoby Carcassés –Robertico- en medio de un acto político. Hasta impresionaba el trato cordial de algunos conocidos comisarios culturales. Incluso, los agentes del orden público se abstuvieron de intervenir; obligados a permanecer en los predios hasta acabados los conciertos y no atinaron más que a echarse a dormir.
El evento fue patrocinado por los distribuidores en Cuba del whisky Chivas Regal, aunque sólo se veía a los cubanos ingerir rones de baja calidad, por ser la única oferta gastronómica.