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MIAMI, Estados Unidos.- La líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, permanece detenida la igual que varios activistas de derechos humanos que fueron arrestados durante otra jornada de la campaña #TodosMarchamos.
Se trata de la jornada 137 de arrestos consecutivos contra la campaña opositora, que busca fundamentalmente la liberación de todos los presos políticos en la Isla, entre otras demandas al régimen.
Citada por Martí Noticias, la activista Daysi Artiles explicó que este lunes seguían “desaparecidos”, además de Berta Soler, su esposo y ex preso político Ángel Moya, así como la activista María Cristina Labrada.
En tanto, la cifra de arrestos había superado la treintena de mujeres entre La Habana, Matanzas y Guantánamo el domingo por la tarde. Varias de las detenidas fueron liberadas el mismo domingo, dejando la policía a algunas lejos de sus lugares de residencia.
“Yo estaba grabando con una camarita que Moya me dejó (…) fue como siempre con mucha violencia. A Berta la echaron para atrás y la cogieron por las manos y por los pies (…) te caen como abejas la Policía Nacional Revolucionaria más el Departamento de Seguridad del Estado, que es el que se encarga de mandar el operativo y hacer los arrestos, quitándole el cartel (que sostienen Berta Soler u otras activistas) y luego la brigada de acción rápida se para al frente (de la sede en Lawton), nos dicen ‘mercenarias’, ‘abajo la gusanera’, cantaron el himno nacional, estuvieron ahí como tres o cuatro minutos y se fueron”, describió este lunes Daysi Artiles.
Berta Soler y Ángel Moya fueron arrestados frente a la sede del movimiento Damas de Blanco. La casa había estado “vigilada” por más de setenta y dos horas en un operativo en el que la Seguridad del Estado no permitió la entrada de otros activistas.
“Hemos estado bajo ese asedio y sabemos que nos van a detener al salir pero la casa no es calabozo y vamos a ejercer el derecho a la libertad de expresión”, dijo Soler, minutos antes de ser arrestada.
Mientras tanto, en la provincia de Matanzas fueron arrestadas veinte mujeres para impedirles llegar a misa en las iglesias de Colón, Jovellanos, Carlos Rojas y Cárdenas. No obstante, otras once activistas lograron llegar a los templos.
Una de las activistas arrestadas fue multada nuevamente por “una supuesta violación del cordón policial”, y amenazada con que las autoridades iban a quitarle la custodia de su hijo menor si la activista “sigue marchando”.