MIAMI, Estados Unidos. – El gobierno de Estados Unidos anunció esta semana que busca potenciar el envío de ayuda humanitaria directa y sin intermediarios al pueblo de Cuba como parte de su política hacia la Isla.
En una declaración enviada a Radio Televisión Martí, el Departamento de Estado señaló que es de interés de la Administración Biden facilitar el envío de bienes humanitarios donados o de origen privado a Cuba, a tono con la grave situación humanitaria que atraviesa el país caribeño.
El comunicado señala que el Departamento de Estado y el de Transporte han acelerado la revisión y aprobación de exenciones para que tres aerolíneas chárter privadas realicen vuelos regulares de carga con paquetes donados de alimentos, medicinas y otros suministros a ubicaciones en toda la Isla.
EE. UU. también colabora con el sector privado, grupos religiosos y otras organizaciones no gubernamentales para facilitar la entrega de exportaciones humanitarias.
La estrategia hacia Cuba se enmarca en la revisión del sistema de sanciones económicas impuestas por Washington contra varios regímenes a escala mundial. En ese sentido, el objetivo de la administración demócrata es aumentar la eficacia de estas, pero potenciar la ayuda directa para mitigar el impacto humanitario no deseado que puedan acarrear medidas.
El gobierno estadounidense busca, además, adoptar un marco de política estructurado para garantizar que las sanciones estén vinculadas a un objetivo político claro y coherente con las prioridades de EE. UU.; renovar el compromiso con el multilateralismo y la coordinación con aliados y socios; calibrar las sanciones para mitigar el impacto económico, político y humanitario no deseado; asegurar que las sanciones se entiendan, se puedan hacer cumplir y se adapten fácilmente; e invertir en la modernización de la tecnología, la fuerza laboral y la infraestructura de sanciones del gobierno de los EE. UU. para garantizar que estemos listos para enfrentar amenazas emergentes como las criptomonedas y los ciberdelincuentes.
Actualmente, la Casa Blanca mantiene la revisión de su política hacia Cuba, la cual dio un giro radical durante el mandato de Donald Trump (2017-2021). El expresidente endureció las sanciones contra el régimen cubano, desmontando el acercamiento iniciado por su predecesor Barack Obama entre 2014 y 2017.
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