GUANTÁNAMO, Cuba, 23 de septiembre de 2013, Roberto Quiñones Haces/ www.cubanet.org.- La noticia ha consternado a la intelectualidad de la ciudad en particular y también a vecinos y compañeros de trabajo: Alfredo Velázquez, bailarín, coreógrafo, maestro de la Escuela de Arte de Guantánamo y director fundador de la compañía Danza Libre, fue encontrado decapitado en su propia casa el sábado 21 de septiembre.
Según comentarios que este reportero ha recibido de vecinos y miembros de la UNEAC, en el territorio todo parece indicar que el asesinato ocurrió más de 24 horas antes de que el cadáver fuera hallado por una vecina. Desde el miércoles de la semana pasada, algunos artistas y trabajadores de la compañía Danza Libre comenzaron a preocuparse debido a que las llamadas realizadas a su teléfono móvil no eran respondidas. Alfredo tampoco asistió a la reunión de la Asociación de Artes Escénicas que se efectuó el pasado miércoles en el Pabellón Guantánamo, para discutir los asuntos que serán analizados en la reunión anual, previa al congreso de la institución, que se realizará el venidero mes de octubre.
Ante esta situación, una vecina decidió forzar la puerta de entrada de la vivienda en horas de la tarde del sábado 21 de septiembre y halló el cadáver del maestro, que según lo escuchado por este reportero, estaba decapitado, con las manos amarradas y la cabeza había sido depositada en una cama.
Debido al tiempo transcurrido, Alfredo Velázquez sólo pudo ser velado de 7 pm a 9 pm en el propio cementerio municipal. El domingo 22 de septiembre, sobre las 10 y 25 a.m., se realizó un homenaje póstumo en las cercanías del camposanto cuando en la calle Bartolomé Masó miembros de la Compañía Danza Libre mostraron algunas de sus obras acompañadas por ritmos del folklor afrocubano.
Se encontraban presentes más de mil personas, dirigentes del gobierno y del Sindicato Provincial de la Cultura. Ante ellas, el presidente del comité provincial de la UNEAC, Lic. Jorge Núñez Motes, visiblemente emocionado, leyó unas palabras en homenaje de Alfredo Velázquez, quien sin duda alguna ha sido uno de los más brillantes artistas de esta región.
Oriundo de El Güirito de Baracoa, desde niño fue cautivado por las sonoridades propias de esa zona del país como lo son el nengón y el kiribá, ritmos que algunos especialistas identifican como fuentes primigenias del son. Según confesó en una entrevista que le realizara el escritor Eldis Baratute, publicada en enero del 2010 por la revista “El Mar y la Montaña”, Rafaela Carrá y su cuerpo de baile fueron su primera gran influencia. A escondidas de sus padres, cuando tenía once años de edad, Alfredo realizó el examen de ingreso a la escuela vocacional de arte y la muy recordada maestra norteamericana Elfriede Mahler lo aprobó.
Elfriede tuvo una participación decisiva en la formación de Alfredo Velázquez y mayor trascendencia en el quehacer danzario de esta provincia, que es hoy una de las plazas danzarias más fuertes de Cuba. Luego de la muerte de Elfriede Mahler , Alfredo Velázquez fundó la compañía Danza Libre y, aunque en su repertorio incluyó todos los estilos, priorizó las coreografías folklóricas para mantener -según dijo en la propia entrevista- la proyección que define el estilo de sus bailarines.
A partir de la década de los años noventa, los nombres de la compañía que fundó y el suyo adquirieron resonancias nacionales e internacionales. Bajo la dirección de Alfredo, Danza Libre se presentó en el Royal Opera House y en el Festival Mundial de la Música y la Danza realizado en Londres en el 2001. En el 2006 recibió mención especial en el Certamen Internacional de Coreografía Burgos-New York, en España. Su compañía ha realizado giras por Chipre, Francia, China y Croacia.
La muerte del maestro Alfredo Velázquez es una gran pérdida para la cultura nacional y una prueba de la espiral de violencia que está viviendo la sociedad cubana.