MIAMI, Estados Unidos.- Ángela Álvarez Almaguer, de 64 años y residente de la provincia Holguín, al oriente cubano, explicó ante las cámaras de Palenque Visión la situación que vive con su esposo postrado en una cama.
“Toda la vida trabajó en lo que es el MICONS”, empresas provinciales subscritas al Ministerio de la Construcción a nivel nacional. Allí se desempeñó por años como chofer, hoy en día nadie lo visita, ni lo ayuda, reveló Ángela Álvarez.
Su esposo, contó, salió un día del banco y dio un tropezón que le cambió la vida. “Se le inflamaron las piernas. Perdió una de ellas, y a los tres meses perdió la otra”, desde entonces se encuentra postrado en una cama, y se mueve gracias a un sillón de ruedas. Ella es la que vela por ambos.
La pensión del esposo de Ángela Álvarez, que tiene 71 años, es de poco más de 1 500 pesos al mes, dinero que no les alcanza para mucho, contando con lo que tienen que invertir en medicamentos, muchos de los cuales deben adquirir en el mercado negro porque en las farmacias no hay.
“Solamente en medicamentos a sobreprecio yo tuve que comprar más de 2 000 pesos”, denunció.
Entre los medicamentos que Ángela Álvarez compra a sobreprecio por fuera de las farmacias estatales cubanas están los antibióticos que necesita su esposo: “amikacina y cefalexina”.
Ángela Álvarez también está enferma, padece de una cardiopatía isquémica y de la gota, pero ella es el sustento de la casa.
Sobre la pregunta de si se alimentan bien contestó: “Nos alimentamos como se pueda, hambre no pasamos, pero no es lo que necesita una persona mayor”.
Esta pareja de personas mayores no recibe ayuda del gobierno o de ninguna institución cubana, solo la buena voluntad de algunos vecinos cuando se puede, “porque todos estamos en las mismas”.
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