MADRID, España.- El compositor, director de orquesta y pianista Amadeo Roldán, uno de los pioneros del arte sinfónico moderno en Cuba, nació el 12 julio de 1900 en Francia.
Hijo de madre cubana y padre español se trasladó a Cuba en 1919, año en que ya se había graduado de solfeo y violín en el Conservatorio de Madrid.
En 1922 se convirtió en el primer violín de la nueva Orquesta Sinfónica de La Habana y unos años más tarde fue designado Maestro de concierto de la Orquesta Filarmónica de la capital.
En 1931, junto al pianista César Pérez Sentenat, fundó la Escuela Normal de Música de La Habana.
En 1932 se inició como director y fundó el Cuarteto de Cuerdas de La Habana y se enfocó en promover la cultura de la Isla.
En 1935 dirigió el ballet “Coppelia”, en el teatro Auditorium, con Alicia Alonso en el papel de Swanilda.
Además de todos estos logros y gran reconocimiento a nivel internacional, Amadeo Roldán hizo un gran aporte a la música cubana: la incorporación de instrumentos de percusión afrocubanos a las composiciones sinfónicas; y no solo como acompañamiento, sino como elemento fundamental.
En este sentido, una de sus composiciones más significativas es el ballet “La Rebambaramba”, compuesto en 1928.
También son de su autoría la “Obertura sobre temas cubanos” (1925), “El milagro de Anaquillé” (1929), una serie de “Rítmicas” (1930), “Poema negro” (1930) y “Tres toques” (1931).
Según la crítica, sus “Rítmicas parecen ser los primeros trabajos en la tradición occidental de música clásica escritos únicamente para percusión”.
En pleno auge de su carrera musical, con solo 38 años, Amadeo Roldán murió en La Habana el 7 de marzo de 1939, víctima del cáncer.
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