MADRID, España.- La profesora Alina Bárbara López, detenida durante varias horas este jueves por la Seguridad del Estado, tras su liberación realizó una publicación en Facebook denunciando lo sucedido. Así como aseguró que continuará manifestándose en defensa de la libertad de expresión.
En su extensa publicación, la excoordinadora de La Joven Cuba relató que cuando se encontraba en el Parque de la Libertad, en Matanzas, pidiendo de manera pacífica la liberación del periodista Jorge Fernández Era, llegaron dos funcionarias del Gobierno Provincial y Osbel Sánchez, director provincial de Cultura.
“Fuimos a una oficina donde empezaron a entrar varias personas, unas diez si la memoria no me traiciona. Pedí que se presentaran todos, la mayoría era del Buró Provincial del Partido (…)”, indica López.
Durante el interrogatorio, entre otros, se le preguntó por qué si Fernández Era había sido detenido en La Habana ella se manifestaba en Matanzas; a lo que ella respondió: “Hasta donde sé, nadie le objetó jamás a Fidel que si Batista estaba en La Habana, ellos decidieran atacar un cuartel en Santiago de Cuba”.
“Otra pregunta”, continúa la intelectual “¿Qué pretendía yo? Respuesta: ejercer un derecho constitucional, el de manifestación pacífica”.
También fue interrogada sobre el financiamiento a La Joven Cuba. En este caso, respondió que “el problema de un medio no era recibir apoyo financiero, pues todos lo necesitan para funcionar, desde el Granma y Cubadebate hasta La Joven Cuba, que lo que no debía ocurrir, al menos éticamente, era un conflicto de intereses al recibir dinero de agencias gubernamentales norteamericanas con fondos para cambio de régimen, pero que existían agencias que incluso muchas veces también financiaban proyectos del gobierno cubano y que no veía conflicto alguno de intereses, pues la medios de prensa alternativos son necesarios, especialmente en el caso de Cuba con un sistema político discriminatorio”.
Tras salir del lugar, fue abordada por tres agentes groseros que ya habían parqueado el carro en la misma puerta de entrada.
“Me negué terminantemente, les dije que yo no reconozco a SE como un interlocutor y que, según la propia ley de procedimiento penal, no lo son, que ese era un arresto ilegal. Insistieron y reiteré la negativa. Respuesta: `tú sabes que tienes que acompañarnos´. Le dije que me conocían muy mal. Me trataron de conducir al carro por la fuerza y mi hija y mi yerno, que estuvieron cerca todo el tiempo, se acercaron para defenderme. (…) Con mi yerno utilizaron una llave en el cuello para inmovilizarlo, a mi hija Cecilia, que es un amor de persona en su educación, le rompieron la sombrilla, y el reloj, pero no lograron separarnos. (…) Grité pidiendo auxilio y creo que se preocuparon, pues nos dejaron de agarrar.
Luego intentaron que firmara una advertencia, a lo que se negó y “dejó claro que el 18 de cada mes continuaría manifestándose”.