LA HABANA, Cuba, enero de 2013, 173.203.82.38.- -El domingo 6 de enero fue inhumado en la Necrópolis de Colón el cuerpo del barbero Osvaldo Pino Rodríguez, de 43 años de edad, primera víctima del cólera, del 2013, que se conozca en Cuba. El velorio solo duró tres horas. El cuerpo de Pino fue encerrado en un saco de nylon por el estado de infección. Se realizó todo bajo la vigilancia de las autoridades sanitarias y con la presencia de los familiares más allegados.
Pino se reportó enfermo el primero de enero, dijeron los familiares y vecinos, después de ingerir una minuta de pescado (fritura) en la cafetería de la calle donde vivía, Vista Hermosa 418, Cerro, La Habana. Fue ingresado en el Clínico de 26 y remitido al IPK (Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí).
Ya la prensa independiente, en el verano del 2012, reportó varios decesos en las barriadas de la periferia sur de la capital, Párraga, Mantilla, Wajay y El Chico, atribuidos al cólera. Entonces, las autoridades no informaron pero tampoco desmintieron.
Hoy se conoce el historial epidemiológico cubano de la bacteria Vibrio Comma, el cólera, que emana de la región oriental y reventó en víspera del verano del 2012; y se acrecentó en el otoño por los efectos del ciclón Sandy.
Breve cronología
La epidemia apareció al sur de la región oriental, en la ciudad de Manzanillo, que es bañada por las aguas del golfo de Güacanayabo, a 100 millas al oeste de Haití, según el reporte de los periodistas Calixto Ramón Martínez (hoy en prisión política) y Dania Virgen, y que acontece al final de la primavera del 2012. A la postre fue reconocido por las autoridades, pero minimizando el estado clínico del cuadro epidemial y bajo un ambiente de triunfalismo.
En visita a la provincia Granma y a la su capital, Bayamo, otro periodista independiente, Aleaga Pesant, pudo acreditar que las autoridades decían una cosa diferente en el periódico Granma, pero mantenían alerta roja, prohibiendo las ventas de alimentos y refrescos naturales en todas las ciudades y poblados de ese territorio
El ciclón Sandy empeoró la desgracia en ciudades del sur de oriente, de las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba, ambas afectadas por el meteoro, con un saldo de 11 muertos. Sumado al desastre atmosférico, de seguida se destapó la bacteria Vibrio Comma. Las víctimas del cólera aún siguen siendo un secreto de estado.
Llegan informe de lugareños y médicos de la red oficial en anonimato, que brindan los detalles del azote cólera en las capitales provinciales, Guantánamo y Santiago de Cuba, y otras villas y poblados rurales: Imías, Songo La Maya, El Cobre, Melgarejo, San Luís, Palma, Palmarito de Cauto, San Lorenzo, Tercer Frente, Contramaestre, Baire, Jigüaní, y las cárceles de Boniato, Moscú y Marverde. Reportes que los periodistas resumen y lanzan a los medios del exterior.
Las autoridades sanitarias ingresaron a los contagiados en el viejo hospital Ambrosio Grillo, que se encuentra en Melgarejo, en las afueras de Santiago Cuba, evento que se conoce gracias a la colaboración de los lugareños y médicos del sistema de salud gubernamental único que existe en Cuba. Éstos aseguran que hubo decenas de muertes, sobre todo de ancianos y niños, pero sin ser cuantificadas y sin las identificaciones personales.
En las provincias orientales existen puntos de control con agua clorada de obligado uso a los visitantes y viajeros.
En la provincia de Camagüey, a principio de diciembre 2012, el cólera tomó fuerza en las cárceles de mayor rigor, Kilo 7, 8 y 9, y la Dirección de Centros Penitenciarios decidió una reubicación de los reclusos en sus respectivas provincias, hecho que aún está ocurriendo, y actualmente Camagüey se encuentra en Alerta Roja. Las autoridades prohíben vender refrescos naturales y ordenan hervir el agua, mientras el hospital infantil La Colonia, de dicha ciudad, está lleno de infantes contagiados. Varios periodistas independientes dieron la alarma, Roberto de Jesús Guerra, Linares Balmaseda y este reportero.
A principios de este año, no se puede afirmar categóricamente de dónde viene el rebrote del cólera, esta vez en el centro de La Habana.
En el municipio capitalino El Cerro se prohibieron las ventas de comestibles y jugos naturales, en varias manzanas alrededor de la vivienda de Osvaldo Pino y entregaron cloro para desinfectar los hogares, y tres tabletas de Doxiciclina (un antibiótico que genera náuseas). Los médicos impartieron una audiencia sanitaria con la población, y se recomendó no tomar agua en la calle y hervirla en las casas. Los círculos infantiles han sido cerrados y varias escuelas primarias, donde se han detectados casos de contagio.
Estudiantes de medicina de la ELAM (Escuela Latinoamérica de Medicina) se encuentran en el Cerro realizando pesquisas médicas y un record de potenciales diarreicos y recetando tabletas antibióticas.
Los casos de cólera se están remitiendo al IPK , que se encuentra en cuarentena ya que no se permiten visitas, según opositores al gobierno que dijeron que, tanto en Centro Habana, Arroyo, Marianao, La Lisa y Boyero, se comenta de otros casos de cólera.
“El análisis microbiológico, realizado por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri, determinó que el agente causal es el Vibrio Cholerae O1 Tor enterotoxigénico serotipo Ogawa, estando confirmados, hasta la fecha, 51 casos”, publica en un comunicado el diario oficial Granma, este martes, pero no indica que haya fallecimiento alguno.
La muerte de Osvaldo Pino Rodríguez es la noticia que tenemos. Mientras, un equipo de periodistas independientes tratamos de conformar un paquete informativo de la realidad epidémica de La Habana:
-El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) han establecido dos puestos de mando, uno en el municipio de Diez de Octubre, Hospital Raúl Gómez (Santos Suárez) y otro en el Policlínico del Cerro.
-La Habana demanda una reparación general. Viven tres generaciones hacinadas. Cuba posee un déficit de 500 mil viviendas según dato oficial, sin embargo, profesionales de los medios aseguran que es un millón.
-La ciudad produce 21 mil toneladas de desechos cada día. Resulta que solo tiene capacidad de recolección de 15 mil toneladas y los directores de esta actividad van rotando el déficit. Generaran un atraso planificado por barriada, evento que propaga los vectores. Los edificios abandonados son un nido de ratas.
-En cualquier reparto o barrio se ven aguas albañales por las calles y avenidas, sin que las autoridades resuelvan la situación que se ha agravado desde que el Raúl Castro ejerce el poder.
-El 58 por ciento de la red del agua potable, como media nacional, se pierde antes de llegar al consumidor, según el último dato Instituto de Recurso Hidráulico, y para La Habana ese indicador es mayor, por deterioro en que se encuentra la red. Esta situación hace que los barrios reciban el líquido de forma intermitente y las aguas albañales invadan la red, disparando los padecimientos intestinales, que Salud Pública silencia.
-Los productos de aseo personal se venden en el área de divisa a precios prohibitivos lo que afecta la higiene del hogar.
-El Transporte público es de una crisis perenne y la población viaja en atestados ómnibus en medio del sudor y la tos.
– Los ríos y el puerto son fuentes de infestación ecológica.
-Las iglesias, este domingo 13 en sus misas, han recomendado prestar atención a la higiene, al cuerpo, alimentos y el hogar, ya que estamos en tiempos del cólera.
-Las autoridades de salud pública (MINSAP) están realizando audiencia sanitarias en las escuelas, en barrios, y en las terminales nacionales y locales de transporte. Se encuentran puntos con agua clorada para los que arriben y salgan de la capital, instrumento que también se ha implantado en los Organismos Centrales del Estado (ministerios), y tiendas y comercios en general.
-Una brigada con equipos modernos realiza recogidas de escombros y desechos en ambos municipios en “alerta roja”, Cerro y Diez de octubre.
-Es regla que las autoridades informen tarde en los medios oficiales acerca de las epidemias.
-El pueblo se mantiene informado por televisoras y radios del Sur de la Florida, así como emisoras de la República Dominicana y Radio Caracol, de Colombia.
Se teme, en fin, que el turismo extranjero no venga más.
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