SANTIAGO DE CUBA, Cuba. – Tras recibir la remesa que le envía su hija de Uruguay, Rebeca se dirigió hasta el Centro Comercial “La Gran Piedra” para hacer las compras del mes. Allí, compró algunos productos que necesitaba. Sin embargo, al regresar a su casa y abrir uno de los paquetes de albóndigas que adquirió observó que algo andaba mal.
Las albóndigas de res, cuyo precio es de 0.90 CUC por cada paquete de seis unidades, tenían una coloración negra y un olor desagradable. Ante tan lamentable situación decidió contactar con CubaNet para dar a conocer el hecho.
“Lo menos que imaginé es que algo así pudiera pasar, las albóndigas estaban llenas de hongos y una peste asquerosa. Somos perros y no lo sabemos, esta gente no es de fiar y estafan a uno como si nada”, criticó la señora, que ya ronda la siete décadas de vida.
El Centro Comercial “La Gran Piedra”, considerado el más grande de la provincia de Santiago de Cuba, ha sido centro de las crítica de sus propios clientes, quienes acuden diariamente a la instalació a reclamar desde un producto eléctrico defectuoso hasta un producto cárnico con hongos o productos vencidos.
Un señor que se encontraba esperando al director del lugar relató a este diario que hace unos días compró unos tubos de picadillo de pavo, que, mientras se disponía a cocinarlos, descubrió que estaban vencidos. “Cuando me puse a preparar el picadillo, lo que salió de ese nylon fue un agua roja y un poco de cosa extraña. Estaba echado a perder completo. Ni el gato de la casa, que come hasta a piedras, lo quiso”.
“Hoy estoy aquí desde temprano para ver al administrador estafador, pero aún no aparece, ya me estoy molestando. ¡Oye! ¡Qué no es fácil lo de esta gente! Como si uno fuera millonario para estar botando el dinero”, refirió el inquieto cliente.
Mercancías abiertas, anaqueles sucios, detergentes, suavizantes y productos para el cabello rellenados con agua grafican el flagelos comunes que acontecen en las redes de tiendas en CUC del país. A pesar de los reclamos de la población, estos centros deciden continuar vendiendo productos en mal estado y merma, sin reparar en los prejuicios que todo esto puede provocar a los consumidores.
Una cajera de ese centro, perteneciente a la Corporación Cimex, informó a este diario sobre los atropellos y engaños perpetrados por la administración para no perder el cumplimiento mensual. “El problema fue que esas albóndigas de res y las hamburguesas de 40 centavos, según oí, vinieron del almacén descongeladas y se tardaron tremendo tiempo para meterlas en refrigeración de nuevo. Ahí seguramente fue donde cogieron hongos”.
“Si la gerencia remite a la provincia que ese cargamento estaba echado a perder salimos por el techo. Nos quitan la estimulación. No es el primer caso de albóndigas podridas, eso es común. En estos días han llegado casos que dan hasta deseos de llorar, por eso hace rato que quiero irme de aquí, porque cuando caen los palos le tocan a lo que están mas abajo, y no estoy para eso”, confesó entre murmullos la trabajadora, quien no quiso revelar su identidad.
Por otro lado, Rebeca, indignada y furiosa, volvió al Centro Comercial en busca de una respuesta a su problema. Allí, solicitó una entrevista con el gerente, que no se encontraba en la instalación, y entonces, fue atendida por la jefa de piso.
“Cuando dije mi problema, todo el mundo se puso en función del asunto. Sin embargo, alegaron que era imposible que estuviesen en mal estado, porque aún no estaban vencidas. Pedí que revisaran las otras albóndigas de la nevera y al hacerlo, la propia jefa de piso se dio cuenta de la asquerosidad que estaban vendiendo. Me dijo que me devolverían el dinero y me pidió disculpas, pero sabe dios a cuanta gente le pasó lo mismo”, alegó la señora afectada.
*Nota: al momento de concluir este artículo aún no se habían retirado los paquetes de albóndigas de los mostradores y más personas continuaban comprando sin que ningún funcionario de la tienda advirtiera de la situación.