MADRID, España.- La profesora y activista cubana Omara Ruiz Urquiola denunció la frecuencia con que son expulsados estudiantes y profesores de centros académicos cubanos, a pesar de que aún hay nacionales y extranjeros anclados en la creencia de que esas expulsiones han sido casos aislados y contados.
En reciente entrevista con la revista Alas Tensas, Urquiola señaló que es una práctica común del régimen cubano vetar a algunas personas de “impartir clases o estudiar en las universidades del país por razones ideológicas o planteamientos contrarios a los intereses del poder”.
Urquiola fue despedida del Instituto Superior de Diseño (ISDI) en 2019 donde impartía Historia del Diseño y Cultura Cubana. Desde el 2020 se desempeña como investigadora del Observatorio de Libertad Académica (OLA).
En OLA, encargado de visibilizar la discriminación por motivos políticos y las violaciones a la libertad académica en Cuba, ha sido testigo de las denuncias al respecto de un gran número de personas.
Entre los aspectos revelados en estas investigaciones, señala que “son pocas las mujeres que cuentan sus historias de censura”, comparado con el número de hombres que sí las denuncian.
“Muchas mujeres prefieren callarse. Han sido abusadas, han sido perseguidas, sancionadas, pero prefieren callarse esta realidad, incluso por temor a recriminaciones de la propia familia”, explicó Ruiz Urquiola.
Por miedo a una “revictimización por parte de la sociedad, a cargar con esa vergüenza pública, que además las va a marginar respecto a la posibilidad de conseguir trabajar en otra área”, muchas mujeres “no cuentan la historia de su censura académica, ya sea como estudiantes o como profesionales”.
En sus declaraciones a Alas Tensas destacó además que cuando un académico es expulsado, las opciones que le quedan son oficios para los que no está preparado. Para ocupar un puesto de oficina, en el ámbito estatal, debe “demostrar confiabilidad o al menos que no se va a convertir en un problema”.
Las mujeres censuradas y amenazadas con la pérdida de sus ganancias y sus triunfos profesionales temen perder “los méritos ganados con tanto esfuerzo, y se callan, hasta que haya una expulsión abierta”, explicó.
Tras manifestar que “la censura es otro acto de violencia”, Urquiola aseguró que su intención es que todos estos hechos registrados desde el Observatorio, en algún momento sean presentados ante la UNESCO, para así “poder denunciar lo que pasa en las escuelas y en las universidades cubanas”.
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