MIAMI, Estados Unidos. — Alrededor de 250 000 migrantes cubanos han llegado al área de Miami en los últimos 18 meses como resultado del éxodo masivo de ciudadanos de la isla rumbo a Estados Unidos.
Aunque muchos de esos cubanos han encontrado resguardo junto a familiares y amigos, otros han debido acudir a organizaciones religiosas y de caridad para no dormir en las calles.
Un reporte de Radio Televisión Martí destaca que ante la llegada masiva de migrantes de la isla muchas iglesias se han quedado sin recursos para apoyar a los recién llegado.
“El Señor dice de acoger al extranjero. Es lo más triste, la cantidad de gente que llega y no podemos ayudar”, dijo a ese medio el reverendo David Monduy, párroco de la Iglesia Rescate, ubicada en la ciudad de Hialeah.
Peter Routsis-Arroyo, director general de Catholic Charities, en Miami, también sostuvo que la llegada de masiva de cubanos ha saturado los servicios de ayuda.
“Pero el reto es hasta qué punto alcanzas la saturación. Podemos recibir una llamada un sábado de que 30 migrantes fueron dejados y dos horas después, de que todos fueron recogidos”, expresó la fuente.
Los migrantes cubanos que reciben parole tras arribar a EE. UU. pueden recibir beneficios y ayudas gubernamentales. Asimismo, pueden ajustar su estatus migratorio pasado un año y un día a través de la Ley de Ajuste Cubano. Sin embargo, quienes dependen de una solicitud de asilo podrían pasar años sin recibir beneficio alguno y sin posibilidad de trabajar.
“Constantemente, todos los días la gente toca la puerta de las parroquias, diciendo que no tienen donde dormir”, reveló a Radio Televisión Martí el reverendo Marcos Somarriba, rector de la iglesia católica de Santa Ágata, en las afueras de Miami.
El rol de las iglesias ha sido vital para sostener a aquellos que llegan sin apoyo. Además de proporcionar alimentos, ropa y algo de ayuda para vivienda, esos centros también asesoran a los migrantes sobre sus opciones legales.