GUANTÁNAMO, Cuba. -El 18 de marzo de 1809, hace hoy 205 cinco años, nació el poeta romántico Gabriel de la Concepción Valdés, alias Plácido. Fruto de los amores clandestinos que existieron entre la bailarina española Concepción Vázquez y el mulato peluquero Diego Ferrer Matoso, Plácido nació en La Habana y a los pocos días de nacido fue abandonado por su madre en la Casa de Beneficencia y Maternidad, aunque meses después su padre lo sacó de allí.
Hasta los diez años de edad Plácido no asistió a escuela alguna. Años después, por las relaciones de su padre, pudo ingresar en la escuela para pobres del Colegio de Belén. Luego pasó al colegio El Ángel. Se afirma que a los doce años escribió sus primeros versos, entre ellos un soneto titulado “Una hermosa”. A esa edad interrumpió sus estudios elementales debido a la inestabilidad económica de su padre quien decidió ir a México para probar fortuna pero allí murió poco tiempo después de su llegada por lo que Plácido tuvo que comenzar a trabajar en una carpintería y a realizar estudios como retratista y tipógrafo, estos últimos bajo la égida de José Severino Boloña quien influyó notablemente en su formación.
A pesar de este apoyo Plácido se vio obligado a buscar otro oficio más remunerativo y se dedicó a la fabricación de peinetas y objetos de carey. Por tal razón se trasladó a Matanzas en 1826, donde aumentó su fama como poeta. En 1831 regresó a La Habana, solicitado para que hiciera labores de dibujo y carey en la Platería de Misa, lugar donde conoció al poeta Ramón Vélez Herrera quien admirado con el talento de Plácido le presentó a su vez a Ignacio Valdés Machuca (Desval), con quien Plácido estudió Literatura gracias a la ayuda económica que le prestó el farmacéutico Francisco Prendes.
Del taller de Misa, Plácido pasó al de Antonio Prats. Allí tampoco trabajó con regularidad pues simultáneamente prestaba servicios en el escritorio de la casa comercial de Jaime Paulina. De esta época datan sus amores con Rafaela, una joven negra, hija de esclavos, que era atendida y educada por una familia de blancos pudientes. El poeta se habría casado con dicha joven si esta no hubiera muerto por cólera en 1833. Compensando dicho sinsabor, por ese tiempo Plácido obtuvo un resonante triunfo con su poema “La siempreviva” en el certamen literario denominado “Aureola Poética”, realizado en honor del poeta y político español Francisco Martínez de La Rosa, a la sazón jefe de gobierno, el que se realizó el 1 de mayo de 1834 a orillas del río Almendares.
En 1836 Plácido se unió maritalmente con una hermosa mujer blanca cuyo nombre ocultó en sus poesías tras el seudónimo de Celia. La ruptura con ella-unida, como se afirma al disgusto que le causaron ciertas relaciones amorosas de su madre- hicieron que partiera de nuevo rumbo a Matanzas ese mismo año.
En 1836 José María Heredia fue a visitarlo al taller donde trabajaba con el fin de conocerlo. Su pobreza conmovió a Heredia quien le propuso pagarle los gastos para que fuera a vivir a México pero Plácido no aceptó. En ese tiempo colaboró con “La Aurora” y “El pasatiempo”, periódicos matanceros.También hacía frecuentes viajes a La Habana para visitar a su madre no obstante las discrepancias que existían entre ambos. En uno de esos viajes estuvo preso siete días, presuntamente por deudas.
En febrero de 1840 Plácido se trasladó a Villa Clara donde estuvo unos 10 meses. Allí trabajó en una platería y colaboró en “El eco de Villa Clara”. Su activa vida social atrajo sospechas de los españoles, al extremo de que una noche fue reducido a prisión aunque fue puesto en libertad gracias a un admirador.
A fines de 1840 regresó a Matanzas y en 1842 contrajo matrimonio con María Gila Morales. Tres meses después de casado hizo su segundo y último viaje a Villa Clara con el propósito de buscar trabajo en alguna platería y adquirir algunos gallos finos-a los que era aficionado-para revenderlos al regreso. Visitó Sagua la Grande, Remedios y Cienfuegos. En abril, al regresar de un viaje a Cienfuegos, fue detenido y remitido a la cárcel de Trinidad.
Aunque no pudo demostrarse su actividad conspirativa estuvo seis meses en prisión. Ya libre regresó a Matanzas a fines de noviembre de 1843 pero el 30 de enero de 1844 fue detenido nuevamente y acusado de ser uno de los jefes de la Conspiración de la Escalera. En un proceso carente de garantías fue sentenciado a morir fusilado por la espalda junto con otros 10 acusados, lo cual se cumplió el 28 de junio de 1844 en Matanzas, cuando Plácido tenía 35 años.
La vida de Plácido estuvo signada por la inseguridad económica y el flagelo del sufrimiento, circunstancias consustanciales a la gran mayoría de los poetas románticos. Su obra es un valioso testimonio de cubanía.
Nota: Para la redacción de este artículo se consultó el Diccionario de la Literatura Cubana, publicado por el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba.