LA HABANA, Cuba.- Dudosas condiciones higiénicas en la manipulación de alimentos y altos precios se encuentran las familias que van a disfrutar de un día veraniego en la capitalina playa El Mégano.
Las atracciones playeras no están diseñadas para el cubano trabajador, el de a pie. Los precios en el Punto Náutico Mégano, perteneciente a Náutica y Marinas MARLIN de la Marina Hemingway, según el jefe del establecimiento, se mantienen vigentes desde 1997. “Además, estos servicios son caros en cualquier playa del mundo” sentenció.
Alquilar todo el día una sombrilla o una cama de playa equivale a 50 pesos (2 CUC), una carpa 250 pesos (10 CUC), la mesa 25 pesos (1 CUC), cada silla 25 pesos (1 CUC) y un juego de snorkel 100 pesos (4 CUC).
Por otro lado, el alquiler del catamarán cuesta 300 pesos (12 CUC), una tabla de vela 250 pesos (10 CUC), una bicicleta acuática 175 pesos (7 CUC), el kayak 100 pesos (4 CUC), “sólo por 60 minutos”.
Con respecto a los “cursos” ofrecidos, una hora del curso de Ski Náutico cuesta 1750 pesos (70 CUC) y el curso de velas 1250 pesos (50 CUC).
En tanto, el Punto de Venta Gastronómico “5ta Avenida”, ubicado en este lugar, expende el refresco instantáneo caliente y en vasos desechables que los propios dependientes exigen les sean devueltos como condición para poder ofrecer el servicio.
En este local, la venta de “cajitas de comida” incluye arroz salteado, vianda y chuleta de cerdo al precio de 50 pesos, según afirmó la propia dependiente. Sin embargo, el precio expuesto al público (en lugar poco visible) en la propia tablilla del puesto de venta es de 35 pesos.
Un dependiente del lugar declaró: “A pesar de ser un establecimiento estatal, las cajitas de cartón donde despachan la comida y los vasos por sólo citar dos ejemplos, tienen que ser comprados por los dependientes pues la Empresa no los provee. Los vasos los tenemos que comprar en divisa”.
Un matrimonio que prefirió comprar el refresco en divisa, aseguró, bajo condición de anonimato: “Somos cuentapropistas, tenemos una cafetería con comida y todos los días atravesamos un suplicio con el tema de la higiene y los inspectores de salud pública, lo que hacen con nosotros es un ensañamiento con premeditación y alevosía”.