LAS TUNAS, Cuba. – Un robo se produjo el pasado domingo en la tienda “25 de diciembre” de la ciudad de Puerto Padre. A la fecha no se han identificado a los autores.
La policía llegó al lugar, pero no se realizaron detenciones.
El comercio robado está dedicado a la venta de comestibles mediante la cartilla de racionamiento, esto es, arroz, frijoles, aceite, azúcar y leche en polvo para niños menores de siete años.
Aunque aún no se ha cuantificado las mercancías robadas, alguien comentó, “se llevaron hasta la leche en polvo”.
En Puerto Padre existen no pocos crímenes pendientes, entre los que se encuentran asesinatos y hechos de robos.
Una mujer fue asesinada en el barrio La Morena y a un hombre residente en la calle Juan Gualberto Gómez le aplastaron la cabeza en las afueras de la ciudad, y también hace años, un cajero fue maniatado y amordazado; siete mil dólares fueron robados de la Western Union. Esos delitos aún están sin esclarecer.
Pero, aunque la ineptitud policial incide en la criminalidad en Cuba y en el mundo, en la Isla, la raíz del crimen se encuentra en la situación socioeconómica que vive el país.
En esta ciudad faltan alimentos y los existentes son excesivamente caros, inaccesibles para el salario promedio nacional, unos veinte dólares al mes, que es mucho menos para las personas jubiladas.
Esa circunstancia hace a la gente adquirir mercancías robadas, mucho más baratas que las vendidas por el Estado.
Mientras en el comercio callejero una bolsa de leche en polvo de 250 gramos cuesta cincuenta pesos, en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), las que menos valen, cuestan alrededor de 3 dólares o 70 pesos. Veinte más por igual producto.
Ese es el origen de robos como el ocurrido anoche en la tienda “25 de diciembre”, un sitio que ni apariencia de comercio tiene.