LAS TUNAS, Cuba.- Existe una “alta infestación” de mosquitos del género Aedes aegypti y Aedes albopictus, transmisores de los virus de Chikungunya, dengue, fiebre amarilla y Zika “en 55 municipios del país” dijeron fuentes oficiales la pasada semana.
Aunque las autoridades de Salud no lo añadieron, ni la prensa oficial tampoco lo informó, en esta obligada lectura entre líneas el problema planteado es, matemáticamente, de resultado único: si Cuba posee 169 municipios y en 55 de ellos hay “alta infestación” de mosquitos propagadores de epidemias, prácticamente en uno de cada tres municipios de Cuba se corre el riesgo de contraer alguna de estas infecciones.
Esto, estando ya el Dengue reportado en el territorio nacional desde hace meses, sin conseguir eliminar o disminuir los focos de mosquitos transmisores de esa epidemia; sino, muy por el contrario, ir en aumento la presencia de estos peligrosísimos insectos con el paso de los días.
En una reunión del Comité Nacional del Sindicato de la Salud realizada en La Habana la pasada semana, el ministro del ramo, Dr. Roberto Morales Ojeda, advirtió que, aunque la enfermedad no se había reportado en Cuba no debía descartarse el riesgo de transmisión del Zika en el territorio nacional.
De la existencia de peligro real no caben dudas. Miembros de la reserva de las Fuerzas Armadas fueron movilizados a partir de la semana pasada, para integrar la llamada Operación Salud en los 55 municipios del país con alta incidencia de focos de mosquitos.
En la provincia Las Tunas, más de 300 reservistas fueron llamados a filas junto con personal de Salud, para emprender una campaña de fumigación que se prolongará por casi un mes. En una transmisión especial difundida en cadena de radio y televisión, el director provincial de Salud, Dr. Luis Manuel Pérez Concepción informó: “La provincia tiene un alto nivel de infestación de esta especie (Aedes aegypti). Los niveles de infestación están por encima de los estándares permisibles para tener un nivel de seguridad de no enfermar”.
Según dijo el Dr. Pérez Concepción, “el hecho no significa que hay que crear una situación de alarma y que guiados por informaciones que no son las que emite el sistema nacional de Salud Pública a través de sus canales y del Estado cubano, pueda haber un nivel de confusión.”
Ahora la provincia Las Tunas tiene tres municipios con alto riesgo epidemiológico: el cabecera provincial –de igual nombre que la provincia–, Manatí y Puerto Padre. Este último sufrió una epidemia de cólera el pasado año, y ni las autoridades de Salud ni la prensa gubernamental informaron a la población de la existencia de la epidemia hasta que CubaNet alertó a la opinión pública.
En aquella oportunidad, en un escueto aviso de la emisora local Radio Libertad, sin mencionar la palabra cólera, las autoridades médicas “informaban” a la población del traslado del Cuerpo de Guardia del hospital municipal de Puerto Padre hacia otras dependencias de ese centro asistencial, callando, que la instalación de urgencias, había sido transformada en sala para enfermos de cólera ante una epidemia que se multiplicó en casos de un día para otro.
Ahora el asunto toma otro cariz, apuntando a otro sitio y no precisamente al lugar donde se origina la epidemia: la morosidad e ineficacia estatal para combatir la plaga de mosquitos. Según dijo la Fiscal jefe, también en comparecencia especial por radio y televisión, en representación del Estado, la Fiscalía hará cumplir la ley, incluso por vía penal, para hacer efectivo lo legislado en la prevención de epidemias.
La Fiscal jefe en Las Tunas se refería a personas renuentes a consentir la fumigación en casas particulares, o incluso en locales estatales, o, a aquellos encontrados culpables en lo tipificado en el Código Penal como “propagación de epidemias” u “otras conductas que implican peligro para la salud pública”; delitos en los que también pueden involucrarse médicos, veterinarios, laboratoristas, técnicos, directores, o simples personas que nieguen para sí o para terceros asistencia médica, y prevén sanciones que van desde tres meses hasta doce años de cárcel para los encontrados culpables.
Pero según una fuente médica consultada por este cronista, la propagación de cualquiera de estas epidemias, “es imputable al Estado cubano,” rector de un sistema de salud centralizado, “único importador y aplicador de plaguicidas”, por no haber actuado con la debida “prontitud y eficacia”; también único modo de evitar la proliferación de los mosquitos que hoy ponen en riesgo la salud de miles de personas, concluyendo el especialista: “Claro, los insecticidas y el equipamiento para aplicarlos son costosos, pero no tanto como el sostenimiento de los tres ejércitos (Oriental, Central y Occidental) de los que ahora sacan fuerzas de reserva para ir contra los mosquitos.”