LA HABANA, Cuba.- El mundo cambia vertiginosamente, y la familia y la vida en pareja también. Lo que ayer resultó válido hoy puede no serlo, y esta situación provoca pugnas entre los valores de cada miembro de la pareja, rupturas, separaciones. Pero una verdad parece inconmovible: mientras más comunicación y afecto hay en una pareja, más sólidos son los lazos que la sostienen.
Desde hace varios años la Comisión de Familia de la Iglesia Católica de Cuba ha apoyado la realización de los talleres Vida Exitosa en Pareja (VEP), proyecto que ha ido penetrando el entramado de las comunidades católicas y está dirigido por el psicólogo y sociólogo español Ignacio Marquínez Calleja.
Con el objetivo de dar a conocer algunas interioridades de este proyecto, CubaNet entrevistó al profesor Ignacio Marquínez Calleja y a algunos matrimonios beneficiados por él.
¿Cuándo comenzó el proyecto?
“Comencé a impartir los talleres de VEP hace más de 25 años. En Occidente las estadísticas señalan que alrededor del 50% de los matrimonios que se separan o divorcian son personas que enfrentan problemas muy dolorosos y complejos en su vida de pareja. El objetivo es ayudarlos a descubrir los puntos fuertes y débiles de su relación y oxigenarla. Lo hacemos trabajando tres elementos esenciales: los antecedentes familiares, culturales y sociales de cada miembro de la pareja; la comunicación y la vida afectiva y sexual”.
¿Dónde ha impartido estos talleres?
“Los he impartido en varios países de Centroamérica, de Sudamérica y en España. En Cuba comencé a impartirlos en el 2008 pues Monseñor Arturo (González Amador), Obispo de Santa Clara supo de mi trabajo y propició que viniera a impartir los tres talleres del programa”.
¿Qué experiencias ha recibido de los matrimonios cubanos a los que ha impartido los talleres?
“Valoro mucho la respuesta de todas las diócesis cubanas y de los matrimonios que han acudido a los talleres y luego los han replicado en sus diócesis. Las mediciones muestran que existen niveles de divorcios y separaciones muy bajos entre las parejas que han pasado por estos talleres, así como una alta satisfacción marital. A esos resultados les otorgo un valor y una riqueza muy grandes teniendo en cuenta las circunstancias y dificultades que han tocado de cerca a las familias y matrimonios cubanos durante estos años.
“He impartido los talleres en La Habana, Santiago de Cuba, Guantánamo, Santa Clara, Cienfuegos y Camagüey. Según mis cálculos casi mil parejas han sido beneficiadas por ellos. Luego se replican en las diócesis y alcanzan una dimensión eclesial y comunitaria trascendente, en estrecha comunión con el espíritu propugnado por el Papa Francisco en su reciente visita a Cuba y en el Sínodo de Obispos que trató el tema de la familia. Doy gracias a Dios, a los cubanos y a la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) por esta oportunidad de conocerles y poder aportar mis conocimientos para fortalecer las relaciones de pareja. Realmente ha sido una experiencia muy gratificante”.
Algunas parejas opinan
Residentes en Bayamo, Lina Candelaria Pardías Milán y Carlos Antonio Amador Rodríguez cumplieron este diciembre 26 años de casados. Según Carlos, cuando asistió al primer taller llevaba 20 años de matrimonio y pensó que nadie tenía que enseñarle nada sobre eso. “Fue entonces cuando descubrí que el mantenimiento de la vida en pareja es una tarea para toda la vida. Estos talleres y el posterior entrenamiento han provocado un cambio muy grande en mi matrimonio y en mí. He descubierto la enorme riqueza que tenemos Lina y yo como pareja, el plan de Dios para nuestras vidas y su invitación a trabajar por los demás. Ha sido muy importante aprender a estar atento a las señales de mi cuerpo, a mis sentimientos y, sobre todo, a qué voy a hacer con ellos. Claro que Lina y yo tenemos problemas y hasta buenos pleitos, pero prevalece la voluntad de seguir construyendo nuestra relación, mucho más ahora que hemos aprendido tanto”, concluyó.
Niurka Moreno Peña y David Feria González llevan casados 21 años y residen en Santiago de Cuba. Ambos coinciden en que los talleres de VEP les han dejado ganancias y que lo mejor es poder replicar los conocimientos al interactuar con otras parejas de su comunidad.
“Las técnicas de psicoterapia, los ejercicios de concentración y bioenergética, las dinámicas y la novedosa bibliografía nos han enriquecido mucho”, afirma Niurka. “Nuestro matrimonio tiene un antes y un después, marcado por estos talleres que ojalá pudieran extenderse a toda la sociedad cubana, tan ávida por recuperar valores familiares y sociales”, concluyó.
El matrimonio formado por Andria y Francisco reside en Holguín. Sólo tienen ocho años de casados y son los más jóvenes del grupo de entrenamiento. Su primera participación en los talleres fue en febrero del 2011 y coinciden con las parejas anteriores en que la experiencia ha sido muy positiva. “Hemos crecido mucho como pareja e individuos”, dice Andria. “Ahora nuestra comunicación es más fluida y aunque siempre existen problemas hemos aprendido a enfrentarlos correctamente”.
Ahora quiero más a mi viejita
A pesar de las dificultades económicas y los esfuerzos que exige la preparación de cada encuentro, VEP continúa extendiéndose por Cuba, gracias al entusiasmo del profesor Marquínez, al apoyo de la COCC y a la solidaridad de quienes desinteresadamente aportan dinero, tiempo y acciones para que el proyecto continúe dotando de conocimientos a los que optan por la vida en pareja frente a la soledad.
Nada hay tan gratificante como saber que gracias a estos talleres una pareja joven a punto de divorciarse se reconcilió. O escuchar a un anciano de 72 años decirle a un animador: “Gracias por haber venido. Ahora quiero más a mi viejita”. Ojalá que un día todas las parejas cubanas puedan recibir estos conocimientos. Lo ideal sería que los talleres pudieran replicarse en todos los ámbitos sociales pero ello exige condiciones que aún no existen.