HOLGUÍN.- De pie y bajo un intenso sol, la multitud espera ser atendida en la oficina de la Western Union (WU) situada en “El Encanto”, una céntrica tienda de esta ciudad nororiental cubana.
“Estoy aquí hace más de dos horas”, comenta irritada una señora que intenta aplacar el calor movimiento bruscamente un abanico.
Dentro del centro comercial aguardan por su turno personas sentadas en el piso y en la escalera, obstaculizando el paso hacia el segundo nivel de la tienda, o recostadas en los anaqueles donde se exhiben productos en venta.
“Hace 20 minutos se detuvo el servicio por problemas en la conexión, esta es la tercera interrupción”, dice a CubaNet un cliente que se identifica como Marcos.
La dificultad con la conectividad es frecuente y en ocasiones ha llegado a cinco horas. Algunos lo interpretan como una justificación de la cajera para detener su labor y tomar un descanso. “No hay forma de comprobar si es verdad que el servicio se interrumpe por ese problema”, afirma Malena, una joven que desde hace tres días intenta cobrar el dinero enviado por su padre desde Estados Unidos.
En la cola hay mujeres con niños en brazos y otros han tenido que ausentarse de su trabajo. “Llevo aquí varias horas esperando, hoy perdí mi día de trabajo. Todos los puntos ofrecen el servicio en horario laboral. La ‘Western’ debería estar abierta hasta después de las cinco de la tarde”, sugiere José Enrique, otro cliente.
El tumulto de personas provoca anomalías dentro de la tienda. “Desorganizan la mercancía, impiden el libre tránsito de nuestros consumidores y hasta hemos tenido pérdidas económicas por robo de productos”, detalla a CubaNet una empleada que prefirió omitir su identidad.
Hace casi 20 años la Western Union opera en Cuba, donde es líder en el envío de remesas. El pasado año estableció un récord al sobrepasar los 3 000 millones de dólares anuales remitidos desde 199 países, según datos brindados por la compañía norteamericana con 490 oficinas distribuidas en 16 provincias y 168 municipios de la Isla.
Las remesas recibidas en la Isla dejaron atrás a la poderosa industria azucarera —que para 1993 entraba en su fase de mayor desastre y se mantiene aún en declive—, superan en volumen y en rendimiento al turismo, y dan más dinero que la exportación de níquel y los medicamentos producidos por la industria biotecnológica cubana.
El municipio de Holguín, donde habitan 300 mil personas y es la capital de la provincia de igual nombre, cuenta con siete de estos locales. Cinco están dentro de centros comerciales y el resto en las dos Casas de Cambio (CADECA) de la ciudad.
Durante varios días CubaNet visitó estos puntos de pago y comprobó que en todos había largas colas causadas por la lentitud del servicio e interrupciones en la conexión.
Las oficinas de la ‘Western’ también han sido afectadas por la falta de dinero, provocando malestar en los clientes después de estar varias horas en cola. La culpa de este problema, según fuentes consultadas para este reporte, recae en la empresa de Traslado de Valores (TRASVAL), entidad encargada de garantizar la entrega del efectivo.
“Por este motivo hemos demandado legalmente a TRASVAL, que ha sido inestable en el depósito del dinero en nuestros puntos de pago”, asegura a CubaNet una directiva de Financiera CIMEX S.A. (FINCIMEX), empresa estatal cubana vinculada legalmente con la Western Union.
Otro directivo bajo identidad reservada reveló a este diario que a pesar del aumento de las ganancias por el incremento del número de países desde los que se puede enviar dinero a Cuba a través de la Western Union, FINCIMEX y TRASVAL no han realizado inversiones para mejorar el trabajo y mantienen una tecnología obsoleta y antiquísima para el trámite de las transacciones monetarias en la Isla.
“La conexión a internet es de baja calidad, por eso se interrumpe con frecuencia; y el parque automotriz de TRASVAL es viejo y se rompe a menudo, provocando el déficit de los carros para transportar el dinero”, asegura el funcionario.
Para el Día de las Madres, el segundo domingo de mayo, se pronostica un incremento del envío de dinero que dificultará aún más la situación en las oficinas de la ‘Western’.
“Dudo que para esa fecha se agilice el pago. En los días señalados se triplican los problemas y estamos más tiempo en cola. Todo se convierte en un infierno para cobrar el dinero”, lamenta José Enrique.