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Remedios, dos años después del medio siglo

VILLA CLARA, Cuba.- El 24 de junio del 2015 se cumplieron 500 años de que los españoles colonizaran a este pedazo de Cuba. Preguntamos a los paisanos de Remedios acerca de nuevas celebraciones 24 meses después, impresiones y cuales omisiones habrían debido tenerse en cuenta.

Remberto, 76 años, jubilado: No sé quién es ni si después me metan preso, pero venga pa’que vea mi rancho. El baño y el tragante del patio tupío, tengo chorreras, cuando llueve se me llena y tengo que esperar pa’acostarme barriendo porquería, porque me sube la fosa del vecino que rellenó el piso y me dejó abajo. Antes el agua no faltaba que venía de Bartolomé y ahora se va y no la ponen en días. Hace poco estuvimos semanas y tuvieron que mandar pipa. ¿Vio mi fachada? ¿La retrató? Qué bonita, ¿verdad? Así mismo fue con el Museo en el 500, que le desbarataron el techo con la construcción del hotel al lado. Yo vivo solo y con 200 pesos. Me dieron pintura por fuera, pero se me cae la casa por dentro. Y otra cosa: ¿con qué dinero vamos a salir de noche si venden algo? Me callo porque a lo mejor usted es del “cuero” y vino pa’sacarme. Ya tuve problema con la del comité y no quiero ná. Así que siga haciendo foto, que a lo mejor a usted lo cargan. Ya verá. Remedios no tiene remedio.

Joel, 39 años, cuentapropista: Gastaron mucho en espacios carísimos (habitaciones 70-130 USD, mientras un particular, 25) porque con los que existen, sobra. Mi ciudad no tiene atractivos (excepto museos, que no compiten ni con nacionales) para aguantar bajas, que cada vez son más largas, u ocupar a full cien hostales. Yo dejé la hotelería porque no daba, pero menos la carrera que estudié. En casa de un socio estoy mejor y no tengo HPs que machuquen. El destino turístico adolece de escuela. Los extranjeros quieren playa e “easy-fucking”, no vejestorios. Para paisajes y arquitectura; sus países. El saldo entre pérdidas reales y desfalcos ficticios es indecente. Cuando diciembre llega con las parrandas, pues se llena pero con las Nochebuenas últimas, no creo atraigan como antes. Fue un desastre que arrasó con el viejo mito y enterró el prestigio: nunca terminaron los trabajos y se prohibieron los fuegos de a cuajo. Una barrabasada, porque los embarcados en aquella aventura no volverán ni suplicándoles. Esta semana del San Juan algunos homenajean a Caturla. Veremos si no ocurren imprevistos. (Como la antigua directora del museo se robó generosamente –para el habanero que ella misma abrió– las cartas auténticas del compositor y otros documentos, no sorprendería que desaparecieran partituras…)

Gisela, 58 años, funcionaria: Reconstruir es bueno, porque nos mantiene. Como la consigna en algunas puertas de nuestros hogares: “Esta es tu casa, Fidel”, que era de calamina y no se desbarataba, por suerte. Han trabajado mucho los compañeros del partido-gobierno, y algunos detalles faltan, pero en sentido general la cosa va y la gente está contenta de ver calles arregladas, casas, parques, monumentos, todo pintado, aunque sea “vieja con colorete”, como dicen los criticones Ahora la misión es conservar lo restaurado, impedir que elementos antisociales destrocen cuando termina algún show en la Acera del Louvre (centro-recreativo Las Leyendas y que cobra hasta el baño en baros), o El Güije (Golazo), y quieran seguir bebiendo cuando cierran. Tenemos que luchar a brazo-partido contra esos hábitos, pero hacerlo sin imposiciones ni multas, educándolos y siendo pacientes. De nada ha servido clausurar y prohibir en el pasado, hemos recogido frutos adversos en nuestra batalla de ideas. Pero el papel de la policía es fundamental y debe respetarse, son el arma disciplinaria, los vigilantes del orden y la tranquilidad ciudadanas a la que aportamos ideología. Espero que este quincuagésimo segundo sirva para reponer lo que la revolución ha conseguido en materia de patrimonio y también espero seamos más abiertos en años futuros. Hagamos entonces de este aniversario, gran fiesta. ¡Viva Remedios inexpugnable!

Alina, 17 años, estudiante: Buenno, lo primero eda la fiedta y la gozadeda, y ahoda mimmo, yo que ando adriba-abajo pod to´er pueblo, no veo ni un kioko en niggún lao pa’nojotro. No hay música salá. To’por divisa, y audque la escuela cedró y lod centro pa’ festejad, la veddá é que etotá máj pajmáo que’l cará. No sé pa’quiene hiciedon ette chou d’alcuddnia. Lo mejod edala conga y no dejan colgaá unacon gana de tirad fuego y adrollad, pedo proibiedon lo voladore, lojefe, y lotudista se fuedon a dormid mediomuedto. Que si pa’yuma y ya, lo negro no puedem hacé zafra podque andamo quemao con ezo de la cadtera volá y ed jineteo. Nadie sabe ná, mevoy acostá pa’levantadme dejpué a ved qué bolá con la descadga, si ay odquesta o rumbón. Nod vemo, sipodemo. Aaa y mañana pa´l despelote ded puedco enpalo ensebao, podque éta-que-tá-cá-trá y vino juyendo de Matanza, ejtá al pidadse patrá podsocata y desgraciá. ¡Temmenda pajmadeda!

Omar, 43 años, escritor: Puedes poner mi nombre porque no miento. Lo que han hecho es un desbarajuste para “ovacionarse”. Sustituyeron el busto de Martí, precioso, de mármol creo, en traje igualito al tampeño frente al gobierno local, por versión espantosa de apóstol orejón y ojicerrao de barro vitrificado, como el de patios-escuelas. Solo por el brillo. La parranda es kitsch y se pega. Han pintado todo con colores chillones. Llueven vituperios a pesar del despliegue de cámaras y micrófonos. El Wi-Fi sigue impagable y las loas pueden llenar página de alguna positividad, pero lo negativo prima. Esta ciudad merecía una conmemoración seria, pero han preferido hacer una alharaca en vez de perdurables restauraciones. Han construido obras para millonarios, mientras servicios que aliviarían la vida del ciudadano, siguen estratificados. De tanta cosmetología, patento mi horror. No vislumbro un reconocimiento verdadero a artistas del territorio como no sea reverenciar a los que mandan Me pregunto qué hay que festejar, si el trasvase de la cultura europea a la cubana o el vasallaje producto de mansas conspiraciones. La antigua villa de adobe y cal ahora es una vulgar postal turística. No ha habido tampoco diálogo. Especialmente con instituciones circunscritas al área del casco histórico –el que se halla sobredimensionado– y donde transcurre “lo importante”. Ha habido una reinterpretación burda del parque, pues parece que alguien descubrió su lado explotable. Puro Drama del absurdo (Ionescu). No hablen de identidad porque hayan abierto una virtual vega pinareña en sitio tan de mal gusto donde promueven ron, café y cigarros que a pocos seduce pues una copa de cava cuesta 325 pesos. Aprecio, para mi poco entusiasmo, como siempre sucede en este país saluda-fechas o cumple-eventos, que se caerán esas erecciones pronto o las averías los harán clausurarlos, y yo estaré aquí para contarlo. El Museo de Historia quedó con estantes demasiado pequeños para dar cabida al inventario, el de las Tradiciones con vidrieras desaparecidas (¿sobrevalorado el vidrio?), los viejos inmuebles de Cultura son propiedades del turismo, etc., un panorama de pérdidas que duelen nada más a los artistas.