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Operativo policial cierra un mercado artesanal

LA HABANA, Cuba.- El mercado “La Caridad”, en la concurrida esquina de las calles Galiano y Salud, terminó cerrando la mayor parte de sus espacios de venta el pasado sábado, cuando intervino repentinamente la policía local en busca de ilegalidades relacionadas con la comercialización de mercancías.

Visiblemente molesto, uno de los gestores de venta daba cuenta de la mala noticia al conversar vía telefónica con su presunto suministrador de ropa: “Nada de ventas hoy, se tiró el Jefe de Sector otra vez, la tienen cogida con nosotros. Menos mal que tuve tiempo para esconder las cosas prohibidas.”

Conversando con varios vendedores, que no aceptan ser identificados, se obtuvieron las siguientes experiencias: “Ellos (los policías) vienen sin avisar, a veces la desgracia de otro es tu salvación. Cuando se detienen en un cubículo de venta, los demás tenemos tiempo y salvamos en algún ‘clave’ cercano nuestros productos”.

“Clave” es como llaman en Cuba al sitio donde alguien de confianza accede a guardar artículos problemáticos, como ropa y zapatos importados, de marcas reconocidas, objeto de inmediato decomiso junto a una elevada multa al ser detectados por las autoridades.

La licencia estatal admite únicamente productos elaborados artesanalmente en el país, con vales probatorios de su adquisición o las materias primas utilizadas.

Lo curioso, inquiere el periodista, es que doblando la esquina otro mercado similar en la intersección de Reina y Rayo se mantiene abierto, exhibiendo lo mismo que sus colegas de Galiano y Salud acaban de esconder.

“No tengo explicación”, comenta una vendedora de “La Caridad”, quien agrega: “La policía se aparece, unas veces contra nosotros, otras atacan en el mercado de Reina y hasta en el grande de Fin de Siglo. Esto es ‘a suerte y verdad’, aunque últimamente somos los más afectados”.

No fue posible obtener declaración alguna en torno a posibles sobornos dedicadas a las autoridades, con tal de amortiguar el acoso continuo que padecen los cuentapropistas. Lo cierto es que existe un sistema de aviso popular, capaz de advertir en un buen número de ocasiones la intempestiva presencia policial.

Quedó el testimonio fotográfico de los dos sitios, a la misma hora, uno casi completamente cerrado, el otro abierto como si nada hubiera pasado este 13 de agosto.

De paso, se supo que “considerando los noventa años de El Comandante, muchos de los afectados asimilaron los hechos con parsimonia”.

“Mañana será otro día”, comentó otra joven vendedora, “seguiremos desafiando la injusta prohibición sobre la venta de artículos importados. Ahora mismo mi jefe regresa de México con buena mercancía. No tenemos otra opción”.