LA HABANA, Cuba. -Las ganancias del reducido grupo adinerado de la población, ese que años atrás Fidel Castro y la prensa oficial llamaban despectivamente “los macetas”, ahora, gracias a las leyes puestas en vigor por el gobierno de Raúl Castro y su política impositiva, son consideradas trasparentes y limpias.
Un artículo aparecido en el periódico Granma del 12 de enero de la periodista Arlin Alberty Laforte, titulado “Venta en las dos monedas: de la aplicación a la realidad”, refiere los escollos que confrontan los clientes adinerados en las Tiendas de Recuperación de Divisas (TRD), en las que ya se puede pagar también en peso.
La periodista señala las ventajas de poder comprar en las TRD en las dos monedas, principalmente porque así los clientes ya no están obligados hacer las largas colas en las Casas de Cambio (CADECA), sino que pueden ir a las tiendas con pesos y comprar lo que necesiten.
Pero explica la periodista que algunos clientes enfrentan dificultades al momento de pagar con pesos equipos cuyos precios superan los 400 dólares. Como el cambio actual es de 25 pesos por dólar y como los billetes de mayores denominaciones son de 20, 50 y 100 pesos, están obligados a ir a las TRD con mochilas, maletines y bolsos llenos de cientos de billetes.
Desde que se autorizó la venta en las dos monedas en las TRD, de acuerdo a la información brindada a la periodista de Granma por Bárbara Soto, vicepresidenta comercial de CIMEX, por concepto de ventas, en un periodo de 10 meses, hasta el 8 de enero, se recaudaron 810 millones de pesos, lo que significó una recaudación bruta de 32 400 000 dólares. Según Soto, esto representó el 10% de las ventas totales del mayor holding comercial de Cuba, que en el 2013 sobrecumplió sus planes de venta en todos sus servicios.
Si hubo tal entrada de dólares, ¿cómo es posible que en la mayoría de los 2 000 establecimientos de venta en dólares administrados por el CIMEX, un alto por ciento de los cuales, desde marzo de 2013, venden en las dos monedas, no haya máquinas contadoras de billetes?
Debido a la ausencia de las máquinas contadoras de billetes, para los pocos clientes que acuden con miles de pesos al comprar determinado equipos, el proceso (conteo manual del dinero, entrega de comprobantes de pago y documento de garantía) sea extremadamente lento, engorroso, y agobiante, tanto para el cliente como para el empleado, y también para los otros clientes que esperan para comprar.
La improvisación, la desorganización, el descontrol y el mal trabajo, imperan en el Grupo de Administración Empresarial (GAESA), perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el principal responsable del comercio mayorista en divisa, que en el año 2013 recaudó varios cientos de millones de dólares.
La venta en las dos monedas se autorizó hace ya 11 meses, pero todavía la mayoría de sus establecimientos no cuentan con caja central, lo que provoca que no tengan capacidad física para guardar tan alto volumen de dinero.
En las cajas contadoras de las TRD todavía no existen condiciones para depositar lo recaudado en pesos y continúan habilitadas para recibir solamente dólares.
Todo indica que fueron superadas las expectativas de los especialistas de GAESA sobre la venta en las dos monedas en las TRD. Calculaban que la mayoría de los que concurrirían a comprar en pesos son los que ganan los míseros 487 mensuales, que luego de reunir a duras penas unos pocos dólares, se limitarían a comprar en lo fundamental alimentos chatarra, productos de aseo y limpieza, pollo congelados y picadillo, en los que no gastarían más de 15 dólares. Pero inesperados cuellos de botella han surgido en las TRD por la concurrencia de un público adinerado que lleva miles de dólares para adquirir refrigeradores, televisores, hornos micro-waves, lavadoras, freezers, etc.
Un trabajo publicado en el diario Granma el 15 de enero, de los periodistas Yaima Puig Meneses y Leticia Martínez Hernández, en el que se informaba de la emisión de nuevos billetes de alta denominación, se refería al asunto de la enorme cantidad de dinero que mueve un reducido número de clientes, principalmente aquellos que reciben remesas y los que forman parte de una nueva clase media. Según la vicepresidenta comercial del CIMEX, las compras que realiza este sector de adinerados representan el 17% de los ingresos totales de la entidad.
Una nota del Banco Central de Cuba (BCC) explicó que por el aumento de la circulación del peso en las TRD, surgió el imperativo de poner en circulación billetes de alta denominación y anunció que a tal efecto, el BCC comenzaría la emisión de manera gradual de nuevos billetes de 200, 500 y 1 000 pesos, con el objetivo de facilitar las operaciones de compra, al amparo de la Resolución No.4 publicada el 15 de enero en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 3.
La medida tomada por el BCC está dirigida a facilitarles a los nuevos ricos –los anteriormente llamados “macetas”- que sus operaciones de compra en las TRD se hagan más agiles y expeditas.
La puesta en circulación de los nuevos billetes de alta denominación no es el resultado de un exceso de circulante en poder de la población, sino todo lo contrario.
Es bastante difícil -por no decir imposible- para la mayoría de los cubanos, con los míseros salarios que reciben, tener en su poder billetes de 500 y 1 000 pesos. El BCC los pondrá en circulación solo para aquellos cuyos negocios privados les proporcionan pingues ganancias, y será otra muestra palpable de la desigualdades en la sociedad cubana.
Es justo reconocer que gran parte de ese dinero en manos de los pequeños empresarios privados, se ha destinado a la creación de miles de pequeños negocios, dedicados fundamentalmente a la actividad de la gastronomía y el comercio, que al cierre de 2013, habían generado empleo para 478 000 personas.
Pero hay otros nuevos ricos que ahora tampoco son mal mirados por el gobierno, ni su fortuna es considerada mal habida, aunque muchos las hayan amasado en negocios turbios o como resultado de operaciones en el bien abastecido mercado negro, del cual son asiduos clientes.